Gestionando

Hace 6 horas 2

Estuve en la Harvard Business School, en Boston, escuela donde hice mi doctorado en dirección de empresas. Su programa más importante, por su gran volumen, es el máster en dirección de empresas.

Sin duda, el uso de ordenadores en la dirección de empresas es importante porque los ordenadores permiten gestionar temas, plantear alternativas y ver sus posibles resultados. Pero hace años, cuando el desarrollo de los ordenadores incrementó sus capacidades, abarató su coste y facilitó su uso, algunos profesores tenían la idea de que los ordenadores eran los gestores adecuados. Con los años se ha ido viendo que hay que utilizar los ordenadores pero que son los directivos los que han de gestionar las empresas y las personas que trabajan en ellas, aprovechando los ordenadores para manejar bien los temas empresariales pero sin olvidarse de las personas.

Los ordenadores generan oportunidades, pero las personas son clave

Hay países en el mundo que se van convirtiendo en importantes como China, India, Brasil o Sudáfrica. Cuando Japón se desarrolló y empezó a exportar coches y muchas otras cosas se generó un pánico en algunas empresas que no sabían cómo competir con las empresas japonesas. Ahora está pasando con las empresas chinas. Hay sin embargo empresas europeas que empezaron a fabricar sus productos en China y exportarlos, aprovechando desde allí el gran mercado chino, y les ha ido muy bien.

Hace muchos años ayudé a lanzar escuelas de dirección de empresas en Latinoamérica. Luego se me ocurrió hacerlo en China. La idea fue aplicar el modelo de las mejor desarrolladas en Europa y en Estados Unidos. Esto ha funcionado muy bien. Incluso había algunos profesores latinoamericanos o chinos que estuvieron muy dispuestos a volver a su país como profesores en las escuelas fundadas allí.

Equipo de trabajo en la oficina.

Equipo de trabajo en la oficina 

Lazar Obradovic/iStock

Avanzamos hacia un mundo con una economía global y con muchas empresas globales. Recuerdo muy bien que cuando se me ocurrió lanzar una escuela de dirección de empresas en China, los directivos de empresas europeas, americanas o japonesas que dirigían filiales en China se entusiasmaron con el proyecto, lo apoyaron, contrataron a graduados del programa máster y enviaron a sus directivos a los programas que organizaba la escuela.

En estas reuniones en Harvard he aprovechado para hacer un recorrido por el edificio principal del programa máster. Desde un estrecho cristal en la puerta de las aulas se podía ver lo que pasaba adentro, que era lo mismo que se veía hace más de 40 años. Los profesores discutían con los alumnos el caso que debían haber estudiado de una empresa y escribían en la pizarra las aportaciones que consideraban adecuadas. Era el profesor o la profesora el que gestionaba la clase. No un ordenador. Las personas seguimos siendo la clave de nuestro desarrollo, pero los ordenadores nos pueden ayudar a generar oportunidades, calcularlas, disponer de información de mercados, competencia, experiencias e información, que nos ayudarán a ir más rápido y mejor.

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