El Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) ha presentado este lunes la temporada 2026, que será la última en términos convencionales, según ha contado el director, Pepe Serra. A partir de 2027, el museo deberá cerrar parcialmente para centrarse en la ampliación del centro, que ganará espacio en el Pabellón Victoria Eugenia, que debería estar lista a finales de 2029. Este cierre afectará a las salas de arte moderno y contemporáneo, en la primera planta; mientras que las dedicadas al románico, gótico y Renacimiento permanecerán abiertas siempre que sea posible. Tampoco habrá exposiciones temporales durante 2028 y 2029 porque todos los esfuerzos se centran en el nuevo proyecto, que será presentado por el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, pasadas las fiestas de Navidad.
En un encuentro con los medios que se ha alargado casi dos horas en la biblioteca del MNAC, Pepe Serra ha contado todo lo que ha callado en los últimos meses. “Venimos de un periodo largo de silencio no voluntario”, ha reconocido. Desde el pasado mayo, cuando cayó la sentencia de Sijena, el personal del museo ha estado muy focalizado en todo lo que conlleva, ha defendido. Pero también se ha mostrado sereno con el asunto, reconociendo que tienen el deber de cumplir una sentencia, pero también el de proteger el arte, así que ha resumido: tenemos un problema. En términos personales, asegura que “se le ha hecho la piel muy dura”.
Después, el director se ha centrado en dar los datos más relevantes de la ampliación, a la espera de poder hacer público el proyecto, que se ha retrasado por unas alegaciones. Para focalizarse en estos trabajos, el MNAC, con un crecimiento pendiente desde hace años, declarará una moratoria a partir del 1 de enero, por la cual se suspende provisionalmente su misión, con el fin de ampliar el museo. “La ampliación está plenamente en marcha, llevamos dos años de conversaciones con todo el mundo”, ha contado, “para acabar con una anomalía cultural que no tiene otro país de Europa”. Se refiere a no disponer del arte del último siglo representado. El director se ha mostrado convencido de que el nuevo museo será “una experiencia visual y no lectora, que tiene que conseguir que las obras hablen”. El relato se irá definiendo en los próximos meses.
Pepe Serra en la presentación en la biblioteca del MNAC con el mapa de los edificios.Marta Pérez (EFE)La misión del MNAC, que se inauguró en 1934, quedó interrumpida por la Guerra Civil, que dispersó sus fondos y los acabó teniendo en dos museos diferentes, en el Palacio Nacional y en la Ciutadella. No fue hasta 2005, con Pasqual Maragall en el Gobierno catalán, que las dos secciones se reunieron, ha recordado Pepe Serra, defendiendo que la misión del centro, que no puede cumplirse sin la ampliación, es tener representado todo el arte catalán hasta la actualidad. Aunque el edificio es gigantesco, de 50.000 metros cuadrados, solo unos 10.000 están dedicados a la exposición.
Con el inmueble anexo se llegará a los 19.400 metros cuadrados, el doble de espacio, y además se reabrirá un edificio patrimonial en desuso, ha remarcado Pepe Serra en referencia al Pabellón. Otro objetivo principal es que sea más accesible, ha insistido. Para ello, la entrada principal estará en la fachada lateral del pabellón, mirando hacia el CaixaForum, con la fuente ornamental a un lado y el Pabellón Mies van der Rohe al otro. Además, habrá dos conexiones entre el nuevo edificio y el Palacio Nacional, una subterránea para facilitar la circulación de las obras, y la otra en superficie para los visitantes. El entorno tomará mucho más protagonismo.
Con un presupuesto de 122,3 millones de euros, la licitación de las obras, a cargo del estudio Harquitectes con los suizos Christ & Gantenbein, está prevista entre el tercer y cuarto trimestre de 2027. Durante este tiempo de cierre parcial, el MNAC va a procurar la máxima transparencia, enviando documentación continua, ha asegurado Pepe Serra. De hecho, se pondrá en marcha una nueva web, que contendrá abundante información. Para Pepe Serra, se trata de “una ampliación fundamental que tendrá resonancias internacionales”. Para empezar, durante el cierre está prevista una cesión importante a Tokio, donde podrá verse el arte catalán.
Las últimas exposiciones antes de la nueva etapa
El programa para 2026 prevé cuatro grandes exposiciones que reúnen las demandas de un museo nacional como es “buscar lo que no se ha hecho”, ha matizado, además de buscar historias olvidadas y ofrecer un trabajo colaborativo con otras instituciones. “Será una temporada importante y la última en términos habituales”, ha avanzado Pepe Serra.
Cabeza de san Pedro procedente de Sant Pere de Rodes, del maestro de Cabestany. Museu del Castell de Peralada.Del 19 de marzo al 29 de junio podrá verse Sant Pere de Rodes y el maestro de Cabestany, la construcción de un mito, un homenaje al escultor del románico catalán, y su obra maestra, la perdida portada de Sant Pere de Rodes, en Port de la Selva (1160-1170). Una muestra que ha sido posible por la compra de unas primeras esculturas, que llevaron a la adquisición de otras del mismo autor, hasta el punto de que han permitido hacer una gran exposición que revuelve e interpreta el conjunto monástico ampurdanés.
También sobre la herencia románica, aunque reinterpretada desde el presente, será la exposición El viaje inverso, de Ona Balló. Está programada para otoño e invitará a descubrir la luz y a escuchar los paisajes sonoros que hoy atraviesan las iglesias de Santa Maria d’Àneu; Sant Pere del Burgal, Sant Pere y Sant Pau d’Esterri de Cardós; Santa Maria de Ginestarre; Santa Maria de Taülls y Santa Eulàlia d’Estaon. Pepe Serra se ha mostrado entusiasmado: “será un proyecto extraordinariamente sorprendente, cambiará la manera de mirar”.
Jujol, de Perejaume supone la mirada de otro artista contemporáneo a este arquitecto de culto, que fue “mucho más que un colaborador de Antoni Gaudí”, ha enfatizado Pepe Serra. La exposición no se ha trabajado a partir de géneros ni cronologías, sino de la reflexión de Perejaume (Sant Pol de Mar, 1957), responsable del relato de esta vasta exposición, posible gracias al legado del hijo de Jujol y la colaboración con el Museo de Arte Moderno de Tarragona y el Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña (COAC).
El año arrancará con Recuperado del enemigo. Los depósitos franquistas del MNAC, que se podrá ver entre el 19 de febrero y el 29 de junio. Una revisión de la propia historia del museo y de sus colecciones, a partir de las obras depositadas por el SDPAN, el Servicio de Defensa del Patrimonio Nacional Franquista, 146 piezas que muestra un conjunto heterogéneo de diversa procedencia. Una muestra del nuevo orden político tras la Guerra Civil, que también repercutió en el terreno artístico y patrimonial. Se podrá completar la visita con la exposición Adquisición Sim, el dibujo y la guerra, con medio centenar de dibujos que dan testigo del sinsentido de esta y todas las guerras.

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