La reinvención del Club de Mar: el emblemático puerto deportivo español que sirve de base a los grandes yates del Mediterráneo

Hace 2 días 2

El viento de noviembre azota la bah?a de Palma y la agita como una coctelera. Dentro del puerto, al abrigo del dique, un hormigueo de trabajadores sube y baja escaleras, abre y cierra puertas en un traj?n de ma?ana de martes, todos concentrados en los ?ltimos retoques.

A la entrada del modern?simo edificio principal, un viejo bote de madera recibe a los visitantes, en seco, a modo de escultura. Un barco fuera del agua siempre lanza un mensaje, la miradaintrigante del marinero en tierra. Y este no iba a ser menos: ?cambiamos para seguir siendo los mismos?.

La frase es de Jos? Luis Arrom, director del Club de Mar-Mallorca, que recibe a Actualidad Econ?mica en su despacho de la segunda planta. Es una estancia amplia, luminosa, decorada como el camarote de un armador. Madera barnizada, fotos de veleros. Desde all? ve los 543 amarres del puerto deportivo y, al fondo, la imponente catedral g?tica de Palma.

El Club de Mar acaba de culminar la reforma m?s ambiciosa de los puertos de Baleares. Una inversi?n de 95,5 millones de euros -la mayor de un puerto privado en Espa?a- para ser uno de los yacht clubs m?s importantes del Mediterr?neo. Sirve adem?s de ancla de una industria pujante: la de los grandes yates que, cada vez en mayor n?mero, eligen Mallorca para hibernar y, por supuesto, para que sus due?os se solacen en vacaciones.

El barco de Bezos

Fue en estos pantalanes donde, por citar un ejemplo, el hombre m?s rico del mundo prepar? hace dos veranos sus vacaciones.

En 2023 Jeff Bezos (Amazon, 178.000 millones de d?lares) lleg? a Mallorca en avi?n privado y se subi? a un helic?ptero para embarcarse en su goleta, llamada Koru, un barco de 127 metros de eslora que horas antes hab?a zarpado del Club de Mar-Mallorca.

Valorado en 500 millones de euros, el Koru es s?lo uno m?s en la colecci?n de grandes yates que frecuentan estas instalaciones. Son empresas flotantes, con empleados y proveedores que alimentan el sector n?utico y el sector del lujo en Mallorca. Dan trabajo a marineros, capitanes, cocineros y hasta floristas. Mantener cada uno de estos grandes barcos cuesta al a?o un 10% de su valor de mercado. En el caso del de Bezos, 50 millones al a?o.

'Gigayates'

Tras la reforma, el Club de Mar tiene 543 amarres, 70 de ellos para yates de m?s de 40 metros de eslora. Puede acoger barcos de 170 metros, los gigayates. En este club podr?n atracar cinco de estos colosos flotantes a la vez, algo extraordinario.

Pero no todo son grandes barcos. Tambi?n tienen su amarre cientos de embarcaciones m?s peque?as, de propietarios aut?ctonos y veraneantes fieles a un puerto con m?s de 50 a?os de historia.

El club no funciona como una empresa: no da beneficios. Los socios son los que ratifican las decisiones de la junta directiva y los que aportaron buena parte del presupuesto para la ambiciosa remodelaci?n que estar? a pleno rendimiento el pr?ximo a?o.

Al ocupar un dominio p?blico -el espejo de agua de la bah?a- funciona en r?gimen de concesi?n. El canon p?blico anual por la explotaci?n que se ingresa en las arcas p?blicas ronda los 10 millones de euros.

El origen

?La historia del proyecto para el nuevo Club de Mar-Mallorca arranca hace m?s de una d?cada, en torno al a?o 2011?, explica Arrom, cuyo padre ya fue gerente de este puerto desde su creaci?n en 1969, cuando el fundador del proyecto, Javier de la Rosa, obtuvo junto a un grupo de empresarios una concesi?n para 50 a?os, que fue renovada en 2017 por otro cuarto de siglo tras ser declarado puerto de inter?s general por el Estado.

?Cuando empec? a trabajar aqu?, ten?amos un hangar grande que us?bamos como trastero?, recuerda Arrom.

?Pens? en c?mo pod?amos aprovechar aquel espacio para sacarle rendimiento y contact? con un despacho de arquitectura, el estudio Entresitio?.

Los arquitectos cogieron el guante y fueron m?s all?, elaboraron un proyecto visionario, un plan m?s ambicioso de reforma integral. Le plantearon un acuerdo que a la postre iba a ser determinante: ?Trabajar?an a ?xito?. Si no se renovaba la concesi?n, no cobrar?an por su dise?o.

Faltaba poco para que expirara la autorizaci?n p?blica de explotaci?n del puerto y embarcarse en un proyecto tan expansivo era arriesgado. ?As? que nos pareci? una buena propuesta?. Antes de preparar una inversi?n tan grande, el club que hoy preside Borja de la Rosa deb?a salvar el escollo de la renovaci?n de la concesi?n, que venc?a en 2019. Si lo lograban, ejecutar?an el proyecto.

Fue clave que en 2014 Puertos del Estado le concediera la declaraci?n de puerto de inter?s general y estrat?gico. Con el proyecto en la mano, el plan obten?a as? luz verde.

?Solicitamos a los socios que quisieran renovar su concesi?n que nos lo hicieran saber y les planteamos realizar una aportaci?n econ?mica al?cuota para financiar parte la obra?. Cuanto mayor fuese su embarcaci?n, m?s aportar?an.

La mayor?a de socios respondi? a la llamada. Y as? empez? a rodar el proyecto, con un presupuesto inicial de algo m?s de 60 millones de euros que, pandemia mediante, ya supera los 80 millones de euros invertidos hasta el momento. La crisi de la pandemia y el encarecimiento de los materiales elevaron el coste.

Spa, gimnasio, sala de exposiciones...

El club cuenta ahora con cuatro grandes edificios y ocupa una superficie de en torno a 15.000 metros cuadrados. Contar? con restaurantes y cafeter?as, un gimnasio con spa y piscina privada para sus socios, as? como sala de exposiciones y locales comerciales en una calle peatonal abierta a la ciudad, cerca de la estaci?n de cruceros.

Adem?s, recuperar? la antigua y emblem?tica discoteca Mar Salada, una marca de referencia en la noche palmesana de los 90. Ahora ser? mucho m?s grande y se reubicar? en un nuevo edificio.

?Nuestros socios van a poder disfrutar de unas instalaciones ?nicas pero el club no ser? cerrado?, explica Arrom, que considera que con esta remodelaci?n el Club de Mar se convierte ?en el mejor yacht club de Espa?a y uno de los mejores del Mediterr?neo?, en la liga de otros famosos puertos y clubes como M?naco o Porto Cervo.

Don Juan y la Familia Real

?Queremos mantener el esp?ritu tradicional; por eso decimos que cambiamos para seguir siendo los de siempre?, agrega mientras ense?a un busto de Don Juan de Borb?n, abuelo del Rey de Espa?a, Felipe VI, impenitente navegante que sol?a frecuentar este puerto. Su barco, el Giraldilla, estuvo amarrado aqu? y participa en la regata de barcos cl?sicos que anualmente tiene base en el Club de Mar-Mallorca.

La vinculaci?n de estos muelles y la Familia Real siempre ha sido discreta pero estrecha. Es el puerto m?s pr?ximo al palacio de Marivent y all? han pasado d?as y veladas los Reyes de Espa?a.

La nueva competencia global empuja a los puertos a renovarse y buscar f?rmulas en un circuito cada vez m?s exigente. Con su reforma, el Club de Mar busca por afianzar e impulsa

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