Así es Samuel López, el nuevo hombre fuerte de Carlos Alcaraz

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Tranquilo”. “Afable”. “Didáctico”. “Con grandes conocimientos”. “Con mano izquierda”. “Con un particular sentido del humor”. Así definen a Samuel López (Alicante 1970) personas del mundo del tenis que han tratado de cerca al que se ha convertido, al menos hasta nuevo aviso, en el nuevo entrenador del número 1 del mundo, Carlos Alcaraz. No se trata de un desconocido ni mucho menos. Ni para el murciano ni para el negocio de la raqueta. De hecho ejercía desde la pretemporada del 2024 como la mano derecha de Juan Carlos Ferrero dentro del equipo técnico del jugador de El Palmar, que sorprendió a todo el mundo el pasado miércoles cuando anunció su superación profesional del técnico con el que se formó y con el que alcanzó la élite.

De un modo u otro, casi siempre en la sombra, Samuel López ha estado ahí. Intentó ganarse la vida como jugador pero no tuvo excesivos resultados, si acaso fue mejor como doblista. Pero ha preparado a tenistas desde que tenía 23 años. Le une una gran relación con Antonio Martínez Cascales, el mentor y entrenador de Ferrero, y con el que fundó en Villena la Academia Equelite, que después pasó a denominarse con el nombre del propio Ferrero.

Como parte del equipo de colaboradores del murciano ha desarollado con él una gran complicidad

Allí empezaron a formar chavales. Uno de ellos fue Alcaraz. Por lo tanto su relación viene de lejos, aunque posteriormente López se centró mucho más en dirigir los designios de Pablo Carreño. Con el gijonés, jugador del RCT Barcelona, realizó un gran trabajo. Estuvieron juntos nueve años, lo llevó al número 10 del ranking mundial, al bronce olímpico de los Juegos de Tokio y a siete títulos en el circuito de la ATP. Y todo eso pese a los numerosos problemas físicos de Carreño, al que convenció, con sobriedad, de sus posibilidades. Antes también trabajó con otros tenistas como Nicolás Almagro o Guillermo García-López.

Si hubiera sido por Carreño, López habría seguido siendo su entrenador pero el alicantino se decantó por pasar a formar parte del equipo técnico de Alcaraz. Al tenista murciano lo ha acompañado como entrenador principal en varios torneos en los que no compareció Ferrero, en especial cuando estuvo convaleciente de una artroscopia en la rodilla. Así fue por ejemplo en Miami, Cincinnati, Queen’s, Rotterdam o Tokio. Hasta el punto que la ATP lo ha premiado a la limón, junto a Ferrero, con el título de mejor entrenador del año.

A López se le atribuye el cambio de mecánica en el servicio de Alcaraz hacia un movimiento sin paradas, más efectivo, pero sobre todo en lo que ha destacado en este tiempo cerca del murciano es en la complicidad. Creando incluso un lenguaje propio que ha dado como fruto expresiones curiosas de motivación durante los partidos. “Non ti preoccupare”, no te preocupes, en italiano, es una de ellas. O “ahora, tortilla”, en referencia al arrojo en momentos complicados.

“Lo de Samu es una cosa que tenemos entre nosotros, que me hace reír y es cuando saco mi tenis”, reveló Alcaraz durante las pasadas ATP Finals.

“Es sosegado y exquisito en las maneras, no grita cuando da instrucciones, no es autoritario y suele escuchar al jugador, al que intenta comprender evitando los dramatismos”, explican desde el Tenis Barcelona, donde acudió en infinidad de ocasiones para entrenar junto a Pablo Carreño.

Él no haber sido un tenista destacado le hace estar privado del aura de carisma de jugadores que lo han sido todo antes de pilotar las carreras de otros. Pero al mismo tiempo eso le hace estar libre de egos y el tenista suele verle más como una ayuda que como un azote. Así es Samuel López, un técnico sin estridencias.

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