Los riesgos de Manolo

Hace 3 horas 1

Muchos aficionados al fútbol, y sobre todo los pericos, se preguntan hasta cuándo va a permanecer el Espanyol con esta magnífica trayectoria en la Liga. Porque además, si hacemos un análisis de cada uno de sus partidos para valorar hasta qué punto se ha visto favorecido por resultados que no se ajustan a su juego, nos daremos cuenta que ha sido todo lo contrario. Por méritos, el Espanyol debería haber sumado más puntos. Los pequeños detalles, que podríamos denominar como mala suerte, han jugado en su contra. Y eso es muy importante porque tal como expresaba Kike García, siempre ha competido con merecimientos para ganar en todos los encuentros.

Y, a parte de una gran política de fichajes, el gran mérito de todo esto es de su entrenador, Manolo González, o mejor dicho, de toda la secretaría técnica, porque desde el análisis uno se da cuenta que existen múltiples facetas trabajadas y eso es tarea de un equipo. Una de las grandes cosas que ha hecho Manolo, y que generó un impasse donde se consiguieron menos puntos, fue buscar una metamorfosis que permitiera crecer al equipo. Tuvo a corto plazo una penalización que nos desanimó a todos un poco, pero yo bendije su iniciativa. A mí me gustan los entrenadores que son atrevidos cuando saben que pueden serlo, aunque esto suponga un riesgo.

Me gustan los entrenadores que son atrevidos cuando saben que pueden serlo

Manolo, después de acumular puntos para tener margen de respiro, aspiró a jugar más como equipo grande. En el fútbol, como en la mayoría de los deportes, se gana más por los errores del contrario que por las virtudes de uno. Y esos errores pueden ser, si eres un equipo con mucha entidad, provocados. Es decir, tú trabajas buscando que se produzcan o pueden ser encontrados por el propio transcurrir del encuentro. Podríamos decir que el Espanyol acumuló puntos en la primera fase de la temporada jugando esa segunda opción y lo consiguió. Ya con un margen de puntos obtenidos, Manolo aspiró a más y decidió que su equipo fuera desde el segundo uno a provocar esos errores, pero los resultados fueron mucho peores. Se generaban múltiples ocasiones pero no se aprovechaban, y el equipo fue menos competitivo defensivamente. Recibió críticas que yo consideré injustas porque, aunque para mí se estaba equivocando, es cierto que estaba trazando el camino para gestar la mejor versión de su equipo. Y es como estamos ahora, con un equipo entre el del inicio de la Liga y el que aún jugando muy bien no ganaba.

Esta actitud es la que debe tener un gran entrenador, gestionar el estilo de juego para encontrar la versión más eficiente. Y eso solo se consigue arriesgando, a veces más de lo que se debe, para ver dónde está el límite. Un piloto nunca podrá tomar una curva a la máxima velocidad posible si no hace alguna trazada que le indique ese límite. Y está claro que Manolo es un gran piloto.

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