La imprevisibilidad de la política exterior de Donald Trump obliga a dibujar varios escenarios sobre lo que pueda ocurrir en Venezuela. Para ello hemos consultado a los expertos en torno a dos preguntas. ¿Cuáles son las diferentes opciones estratégicas que debaten los asesores y los grupos de presión próximos al presidente? ¿ Cuál sería el resultado de la implementación de estas estrategias?
Primero, un dato sorprendente. Aunque sea verdad que Trump sueñe con hacerse con los 300.000 millones de barriles de crudo de la cuenca del río Orinoco, una quinta parte de las reservas mundiales, el poderoso lobby petrolero en Estados Unidos recela de una intervención militar. “Hay sectores en Washington que preferirían un cambio de régimen. Hay otros sectores que preferirían mayores garantías de seguridad y un más fácil acceso al petróleo venezolano. Los que están próximos al lobby de las grandes petroleras no son favorables a un cambio de régimen como consecuencia de una intervención militar”, dice Geoff Ramsey, analista no residente del Atlantic Council en Washington en una entrevista telefónica.
Encabezando el lobby petrolero está la compañía Chevron, con sede en Houston, que explota petróleo en Venezuela desde hace más de un siglo. Desde que Trump levantó en julio la prohibición sobre la producción de Chevron en el país, las exportaciones de petróleo han subido al nivel más alto en cinco años. Aunque los pozos se encuentran lejos de los centros militares que pueden ser blanco de un ataque militar, “Chevron no quiere el caos que comporta un intento de cambio de régimen”, dice Noel Maurer, de la Universidad de George Washington autor del libro The Empire Trap, que incluye un detallado análisis de la invasión de Panamá de 1989.
En general, “las empresas occidentales son muy cautelosas; algunas tienen activos en Venezuela y no quieren ningún problema con Maduro. Saben que si en el futuro hay un gobierno de oposición, serán muy necesarios para reconstruir el sector petrolero venezolano y se beneficiarían enormemente”, dice en una entrevista a La Vanguardia Francisco Monaldi, analista de la Universidad Rice en Texas.
Los sectores próximos al lobby de las grandes petroleras no son favorables a un cambio de régimen como consecuencia de una intervención militar”
Geoff RamseYAnalista no residente del Atlantic Council en WashingtonSegún el analista petrolero venezolano Einstein Millán, un ataque militar estadounidense bajaría instantáneamente la producción petrolera desde los actuales 1,3 millones de barriles diarios a 200.000, una caída del 85% .
Aunque se habla de la politica de “máxima presión” sobre Venezuela, Trump ha suavizado la coacción en su segundo mandato, a la vez que ha subido el volumen de su retórica militar. “El hecho de que Chevron esté vendiendo petróleo venezolano prueba que no es una presión económica ni remotamente tan fuerte como la que hubo en la primera administración Trump (2016-2020)”, dice Francisco Rodríguez, asesor de la oposición en las elecciones de 2019, actualmente en la Universidad de Denver, y autor de The Collapse of Venezuela.
De ahi la postura de los asesores más pragmáticos de Trump, como Richard Grenell, el enviado especial diplomático, que desaconseja una intervención militar.
Los pragmáticos están enfrentados al lobby de Miami, liderado por el senador Marco Rubio, de origen cubano y representantes como la cada vez más vociferante María Elvira Salazar, con base electoral en Miami y que exige a gritos una intervención. Aunque el 70% de los estadounidenses se opone a una acción militar, los republicanos de la diáspora cubana y otras comunidades latinoamericanas en Florida, tienen mucho peso. Parte de la política de la administración ha sido “secuestrada por un conflicto tan parroquial como lo es la política de Florida”, dice Rodriguez en una conversación de dos horas con La Vanguardia.
La lider de la oposicón venezolana Maria Corina Machado, que defiende privatizar la petrolera venezolana PDVSA, está muy vinculada al lobby cubano del sur de Florida.
Está por ver cuál de estos grupos de presión en el entorno de la Casa Blanca prevalecerá. “En última instancia, hay una tensión”, sostiene Ramsey. Pero la llamada telefónica mantenida entre Trump y Maduro hace dos semanas puede indicar que son los pragmáticos los que tienen la última palabra. “Aunque Trump no ha aclarado el objetivo de la llamada, el hecho de que Washington y Caracas estén dialogando sugiere que una acción militar es menos probable, aunque no se puede descartar; aún hay una ventana de oportunidad para una solución negociada”.
Ramsey: “Aún hay una ventana de oportunidad para una solución negociada”
Para explicar por qué Trump puede estar más dispuesto a hacer caso a los pragmáticos que a los halcones de Miami, conviene responder a la siguiente pregunta: ¿Qué pasaría si se produjera un intento de cambio de régimen por la vía militar?
“Hay dos posibilidades”, afirma Rodríguez .”Una es que maten a Maduro. Los chavistas seguirían con el control. Solo porque maten a Maduro, los militares no van a entregar el poder y mucho menos a María Corina Machado”. En caso de que Maduro optara por alejarse de la presidencia, el principal candidato para sustituirlo es el militar chavista Vladimir Padrino López, según varios expertos consultados.
“El otro escenario que creo que es el más probable es una acción militar en la que no matan a Maduro. Sería algo parecido a Libia en 1986, donde bombardearon a diario. Mataron incluso a una hija de Muamar el Gadafi. Pero Gadafi se mantuvo en el poder otros 25 años.”
Una mujer camina frente a un mosaico con los rostros del fallecido presidente de Venezuela Hugo Chávez y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en Caracas.
MIGUEL GUTIERREZ / EFE“Yo no veo un escenario en el cual una oposición que se ha criticado tanto a los militares, acusándoles de formar parte de un narcoestado, logren que esos mismos militares entreguen el poder”, añade Rodríguez.
Hay escasos indicios de que una operación en favor del cambio de régimen resultara más eficaz hoy que en 2019, cuando Washington -con el apoyo de políticos como María Corina Machado-, intentó sin éxito crear un poder paralelo al de Maduro con el congresista Juan Guaidó.
Más bien, lo contrario. Maduro tiene más apoyo de militares y del poder judicial ahora que entonces. “¿Cuántos generales venezolanos han dado la espalda a Maduro en los últimos meses? ¿Cuántos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia? ¿Cuántos altos funcionarios, representantes, embajadores? Ninguno”, dice Rodríguez.
En el 2017 el régimen perdió el apoyo de la entonces fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz. En 2019, Christopher Figuera, máximo responsable del servicio de inteligencia militar venezolana, se involucró en el intento de golpe contra Maduro. Varios magistrados se rebelaron también. “En el pasado hubo muchas más defecciones de altos funcionarios que ahora”, resume Rodríguez.
Rodríguez: “Hubo más defecciones de altos funcionarios chavistas en 2019 que ahora”
Dicho esto, después de haber empleado una retórica bélica son precedentes, Trump puede preocuparse de que llegar a un acuerdo con Maduro sin realizar ninguna acción militar cause una impresión de debilidad. Por eso, los analistas consultados creen que un escenario bastante probable es un un ataque simbólico que, como en Irán, ayude a pasar página.
“Puede que, para el consumo doméstico también, hagan un ataque aéreo contra algún supuesto objetivo relacionado con el narcotráfico”, afirma James Bosworth del Informe sobre riesgo en América Latina, un boletín influyente en Washington. “Mi conjetura es que en los próximos meses se producirá tanto un ataque aéreo limitado como algún tipo de negociación. Pero es como lanzar una moneda al aire. La administración Trump no tiene un plan estratégico trazado. Están improvisando.”

Hace 2 días
3







English (US) ·