La decisi?n de la UE de permitir que se vendan coches con motor de combusti?n m?s all? de 2035 es una buena noticia para la industria de automoci?n en el Viejo Continente y para algunos pa?ses que, como Alemania o Italia, llevaban meses presionando para relajar una medida que se aprob? hace tan solo dos a?os.
El argumento: la demanda de autom?viles 100% el?ctricosno avanza a la velocidad prevista por Bruselas y, por tanto, est? desperdiciando parte de las enormes inversiones en electrificaci?n que tiene que afrontar el sector.
En concreto, su cuota actual de mercado en Europa no llega ni al 17% del total (la mitad en nuestro pa?s) por varias razones. Por un lado, si pensamos en modelos que puedan servir como coche ?nico para la familia, siguen siendo bastante caros. Y a ello hay que a?adir la p?rdida de poder adquisitivo de los hogares y que la infraestructura de la red de recarga a?n no tiene la dimensi?n adecuada para vencer la llamada ansiedad por la autonom?a.
A priori, la decisi?n supondr?a una derrota para Espa?a, m?s despu?s de que la semana pasada el presidente Pedro S?nchez escribiese una carta a su hom?loga en la Comisi?n Europea, Ursula Von der Leyen, donde le ped?a que se mantuviese la prohibici?n absoluta en la venta de coches t?rmicos desde 2035.
Sin embargo, los matices introducidos en el paquete de medidas presentado ayer no debilitan tanto a nuestra industria de automoci?n, con una posici?n de vanguardia europea en la producci?n de autom?viles el?ctricos.
En este sentido, ya est? en marcha o lo estar? de aqu? a 2027 la producci?n de veh?culos el?ctricos en Barcelona, Pamplona, Vitoria, Vigo o Zaragoza, y la de las bater?as que necesitan en Valencia, Zaragoza, C?ceres y Valladolid. A ello hay que sumar el Plan Espa?a Auto 2030, que se articular? alrededor del coche el?ctrico y prev? movilizar 6.000 millones de inversi?n p?blica y aflorar otros 40.000 millones de euros privados que se podr?an concretar en la llegada de nuevos proyectos. De hecho, las chinas BYD y SAIC (matriz de MG) llevan tiempo barajando asignar a nuestro pa?s una de sus f?bricas.
En concreto, los fabricantes s?lo podr?n vender autom?viles equivalentes al 10% de las emisiones de CO2 y estar?n obligados a compensarlas, al menos hasta 2040, aunque no se ha dicho nada sobre qu? pasar?a entonces. Adem?s, en esa categor?a entran tambi?n los modelos h?bridos enchufables o el?ctricos de autonom?a extendida, ambos con un motor t?rmico, que perfectamente se podr?an fabricar en nuestro pa?s.
Adem?s, Bruselas ha introducido otras iniciativas que favorecen a nuestras f?bricas. Por un lado, la obligaci?n de que las grandes empresas electrifiquen sus flotas, cuando hoy este canal supone el 54% del parque de autom?viles a pilas. Por otro, se rebajan los objetivos de reducci?n de emisiones de CO2 en las furgonetas, un tipo de veh?culos en el que tambi?n somos una potencia europea y en los que la demanda de versiones el?ctricas puras es todav?a m?s d?bil que entre los turismos.
Por ?ltimo, la Comisi?n Europea crear? una nueva categor?a de coches el?ctricos peque?os, de menos de 4,20 metros de largo (M1e los ha bautizado) y cuyo precio estar? entre 15.000 y 20.000 euros gracias a una congelaci?n regulatoria de 10 a?os en aspectos relacionados con la seguridad. Estos coches contar?an con ventajas fiscales y, asimismo, generar?an supercr?ditos adicionales para compensar los objetivos de CO2, por lo que pueden ser otro fil?n para nuestra industria si es capaz de adaptar sus costes a esos precios.
Un regalo para China
Como era de esperar, el paso adelante de la UE ha sido aplaudido por la industria de automoci?n, que ayer tambi?n conoci? -aunque fuese al otro lado del Atl?ntico- c?mo Ford se tendr? que apuntar 19.500 millones de d?lares en p?rdidas al recortar dr?sticamente sus planes de producci?n de veh?culos el?ctricos a causa, entre otras razones, de su baja demanda.
Enfrente, la asociaci?n ecologista Greenpeace ha asegurado que el plan de Bruselas "es un regalo de Navidad adelantado para los fabricantes chinos de coches el?ctricos, poniendo en riesgo millones de vidas y empleos europeos. Puede generar beneficios a corto plazo, pero las empresas automovil?sticas europeas seguir?n desperdiciando dinero y tecnolog?a durante la pr?xima d?cada, insistiendo en un caballo muerto llamado motor de combusti?n, mientras el resto del mundo avanza". Una opini?n que tambi?n compart?an desde la delegaci?n espa?ola de Transport & Environment.

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