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El cardenal venezolano Baltazar Porras fue impedido de salir de Venezuela por las autoridades chavistas. El religioso iba a tomar un vuelo este miércoles en el aeropuerto de Maiquetía hacia Bogotá con destino final a Madrid y fue retenido junto a dos personas que le acompañaban en el viaje. Los agentes le confiscaron y anularon su pasaporte venezolano. El incidente se suma a las crecientes tensiones que mantiene el Gobierno de Nicolás Maduro con la Iglesia católica venezolana desde hace unos meses.
“Lo más común en este último cuarto de siglo es padecer casi siempre, con contadas excepciones. Al llegar a Migración el oficial de turno toma el pasaporte y sale a consultar ‘porque el sistema no funciona’, ‘no aparece en la lista’…, en dos oportunidades me dijeron que aparezco difunto. En fin, siempre llego al aeropuerto con la mejor disposición de ánimo a ver con qué me encuentro”, ha relatado Porras en un comunicado difundido este miércoles tras el incidente.
El cardenal señala que cuando faltaba media hora para que el vuelo saliera, un militar le informó de que no podía viajar y lo hicieron salir del área de embarque. “En el piso superior, por donde llegan los pasajeros, me hicieron firmar unos papeles en los que dicen que por ‘incumplimiento de las normas para viajar’ no podía hacerlo. Quise hacer una foto de dicho papel, pero no me lo permitieron y no de muy buenas maneras. Si yo insistía en la foto, me amenazaron de quedar detenido”, se lee en el comunicado.
El oficial no le devolvió su documento y lo acompañó hasta la salida. “Les cuento esto para evitar tergiversaciones. Pero es algo que duele porque atenta contra los derechos que tenemos como ciudadanos, de lo que no se da respuesta alguna. Hoy, por coincidencia, es el Día mundial de los derechos humanos con la campaña Sin información no hay derechos”, dijo. “Sin igualdad de derechos, sin posibilidad de ser informado, difícilmente puede haber justicia y equidad”, agregó el religioso de 81 años.
Porras viajaba con el canciller del Gran Priorato de la Orden de Venezuela, José Leonardo Carta Tirado, para participar en la ceremonia de investidura del cardenal como Protector Espiritual de la Orden. Tenía fecha de regreso el 21 de diciembre.
Este nuevo incidente ocurrió en medio de las tensiones por la salida de María Corina Machado del país, a quien esperaban este miércoles en Oslo para la entrega del Nobel de la Paz. La dirigente estaba en la clandestinidad desde hace 16 meses y, según el Wall Street Journal, terminó dejando el país el martes en un bote por el occidente venezolano y no alcanzó a llegar a tiempo a la ceremonia.
La práctica de retención en el aeropuerto y anulación del pasaporte se ha vuelto parte de las estrategias represivas más comunes del chavismo contra quienes percibe como opositores. Últimamente, se ha intensificado contra defensores de derechos humanos y periodistas. “Debemos recordar que la retención y /o la invalidación del documento de identidad se sumó a otras violaciones de derechos fundamentales en medio del esquema represivo que se consolidó tras el 28J”, denunció Oscar Murillo, coordinador de la ONG Provea.
En el mes de octubre, durante los actos de canonización de los primeros dos santos venezolanos, Porras dio un duro discurso en Roma en el que denunció la crisis de derechos humanos en Venezuela. Calificó la situación del país como “moralmente inaceptable” y denunció la falta de justicia para los presos políticos, que suman más de mil actualmente. El mensaje fue mal recibido por el propio Maduro, quien lo acusó de “conspirar toda su vida” para evitar la llegada a los altares de San José Gregorio Hernández. Para el número dos del chavismo, el ministro de Interior Diosdado Cabello, el cardenal también ha conspirado contra el Gobierno y constantemente lo ataca en su programa de televisión.
En ese momento, a Porras también se le impidió viajar por distintas vías llegar al pueblo de Isnotú, en los Andes venezolanos, el lugar elegido para la peregrinación por la canonización de José Gregorio Hernández. Recibió llamadas de funcionarios del Gobierno cooptándolo para que no asistiera “porque corría un riesgo”. Porras tomó un vuelo que hicieron aterrizar a mitad de camino, cuando intentó seguir por tierra también se lo impidieron.
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