En la comparecencia en la que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo balance del curso político, en un momento crítico para el Ejecutivo central por los casos de presunta corrupción que salpican al PSOE y las denuncias de acoso sexual, la carpeta catalana tuvo mucho peso. No es de extrañar, sin el concurso de las fuerzas catalanas no hay mayoría posible. A ello hay que añadir el socavón en la relación con Junts, que decidió que había que poner tierra de por medio con los socialistas y enterrar la negociación de Suiza. En realidad, quedó congelada por si en el futuro se decidiera retomar el diálogo ante el mediador. Sánchez reconoció este lunes públicamente que las relaciones están rotas pero en Ferraz se aferran a la esperanza y tratan de reconstruir los puentes para que JxCat vuelva a sentarse a su mesa. Al tiempo que lanzan guiños a ERC con la primera reunión pública entre Sánchez y Oriol Junqueras.
Los partidos catalanes son conscientes de que si Sánchez cambiara de opinión y decidiera el fin abrupto de la legislatura, podrían caer en cadena otras fichas del dominó. Ahí la incertidumbre. Y la prudencia. La amnistía –uno de los objetivos que en la Moncloa fijan para el próximo curso– aún no alcanza a todos los dirigentes y hay varios asuntos pactados con ERC o en negociación de los que depende que el Govern de Salvador Illa pueda aprobar presupuestos.
Si cae Sánchez, asuntos como la amnistía o materias que negocia Esquerra pueden quedar en papel mojado
En Junts evitan valorar en público si es posible recomponer su relación con el PSOE. En privado conceden que si se cumple todo lo pendiente, ya tomarán decisiones. Sánchez puso en bandeja asuntos pendientes como la entrada de Catalunya en la Unesco y en la Organización Mundial del Turismo o el compromiso de buscar un pacto sobre la metodología y publicación de las balanzas fiscales. Asuntos a los que hay que sumar otros de las semanas previas, como desbloquear la ley contra la multirreincidencia, el aval a los propietarios que tienen impagos en el alquiler o que los ayuntamientos puedan gastar los remanentes, entre otros.
“Hoy no tiene sentido una reunión con Sánchez”, certificó ayer el portavoz de Junts en el Parlament, Salvador Vergés. Los posconvergentes destacan es que están “satisfechos” con su decisión de romper, puesto que consideran que ahora obtienen los réditos que antes se les negaban. “El lema decía ‘cumpliendo’, en gerundio”, enfatizó Vergés sobre la intervención de Sánchez. “Se demuestra que no querían, no que no podían... y que podían cumplir hace muchos meses”, añadió el dirigente, que volvió a tender la mano a ERC para articular un frente común que trabaje para conseguir más avances en “el reconocimiento nacional de Catalunya”, aprovechando la debilidad del Ejecutivo central.
En el PSC hay quien cree que era preciso actuar antes y con más contundencia ante los casos de acoso sexual
En Esquerra no ocultan los recelos que suscitan los casos que afectan al PSOE. Sin embargo, en este complejo equilibrio mantienen que no facilitarán la llegada de PP y Vox al Gobierno, lo que les hace aferrarse a que Sánchez adopte medidas “contundentes” contra la corrupción y el acoso.
Desde la órbita republicana confían en que una ronda de contactos con los aliados parlamentarios permita dar viabilidad a la legislatura. De ahí la concreción del encuentro entre Junqueras y el presidente, previsto en enero. Y es que, más allá de los “compromisos sólidos contra estas prácticas”, en la formación republicana quieren aprovechar la coyuntura y la aritmética actual para acelerar negociaciones que están a punto de cerrarse: el modelo de financiación o el traspaso de Rodalies.
“La legislatura tendrá recorrido si se cumple con Catalunya”, verbalizó ayer Ester Capella, portavoz de ERC. En el partido asumen que, sin la continuidad del Gobierno, estas carpetas que ahora ven avanzadas quedarían en agua de borrajas. Eso sí, la línea roja está en la financiación irregular. En ese punto, los republicanos darían por concluida la legislatura y exigiría elecciones.
Entre tanto los socialistas catalanes, desde el Govern, aplauden las explicaciones que ofreció el lunes el presidente del Gobierno, la reunión fijada para enero con Junqueras y que Sánchez haya situado la aplicación de la amnistía y la gestión de los ingentes fondos europeos de recuperación como hitos para el 2026.
El Govern remarcó ayer en público la conveniencia “para los catalanes” de que Sánchez resista y en privado sostienen que hasta que se le aplique la amnistía a Carles Puigdemont –en primavera, calculan– no cejará el goteo de asuntos espinosos para el Gobierno. El motivo de fondo de todo lo que ocurre, sostienen, es justamente la amnistía.
Al mayor coste que creen que tiene la corrupción en el electorado socialista, se han unido los casos de acoso sexual, que opinan que sientan incluso peor al votante de izquierdas. Aquí, hay quien ha echado en falta actuar antes y con más contundencia.

Hace 3 horas
1




English (US) ·