La compañía alemana GFT Technologies, fundada en 1987, echó raíces en el mercado español en el 2001, tras adquirir una filial informática del Deutsche Bank que tenía su base de operaciones en Sant Cugat. Ha pasado un cuarto de siglo y España es el tercer país por volumen de negocio del grupo –precedido por Brasil y Alemania, en este orden– al que aporta el 11,6% de los 870 millones de euros de facturación global del año pasado. De entonces procede su especialización en los servicios de desarrollo de software para el sector financiero, que representan el 85% de sus ingresos.
Manuel Lavín, primer ejecutivo de GFT España desde el 2021 y promovido este año a consejero delegado para Europa continental, opina que esa inusual proporción como una ventaja material para crecer, “porque el sector financiero –bancos y aseguradoras– sigue siendo el que más invierte en tecnología, a la vez que el más avanzado en sus usos, como se puede apreciar por su temprana adopción de la inteligencia artificial, de la que somos partícipes”.
Abunda en el argumento: “Son pocos los sectores económicos que muevan un volumen comparable de datos, en los que se hagan tantas transacciones simultáneas y en las que el tiempo real sea un componente tan relevante”. Este factor, la llamada economía del dato –explica– está sirviendo de palanca para la diversificación que GFT inició hace cuatro años: en España, el foco es ir reduciendo ese 85% al mismo tiempo que crece la cifra de negocio total.
El mercado español es el tercero en su facturación, con 102 millones de euros en el 2024
Crecer está bien, pero ¿cómo? Ganando clientes entre las empresas que son conscientes de la necesidad de aprovechamiento de la inteligencia artificial, que Lavin condensa como AI centric companies . Apostilla que GFT Technologies no despertó súbitamente a la IA cuando apareció ChatGPT en noviembre del 2023. Desde el 2013 ya venía desarrollando una plataforma propia de IA (no generativa, sino predictiva) de nombre Wynxx. “Conocemos compañías importantes en su sector que declaran voluntad de adoptar la IA, pero luego no todas se sienten capaces de decir para qué y en qué procesos de su negocio puede ayudarles la IA. Que de esto se trata”.
Relata el directivo español que “durante estos años hemos creado una metodología con la que podemos analizar profundamente los procesos internos, desde los más cercanos al software hasta los que son propiamente de negocio: cómo cambiar la relación con los clientes y con los proveedores. Hablo de rediseñar, no de automatizar, porque la automatización por sí misma ya no es suficiente. El nuevo requisito que nos impone la IA es integrar la experiencia del cliente”.
GFT ha montado lo que llama AI and data marketplace, una colección de casos de uso prefabricados, que el cliente puede escoger y probar un despliegue. Lavín subraya que “sin una arquitectura de datos, no hay IA; una prueba de laboratorio es relativamente sencilla, pero si quieres que el resultado funcione en un banco, en un gran minorista o en una eléctrica, prestando servicio a millones de usuarios en tiempo real… esta es otra dimensión”.
El grupo tecnológico alemán ha arraigado en Catalunya desde que desembarcó en el 2001
De los 2.300 empleados de GFT en España, algo más de un millar trabaja en San Cugat o en Lleida. “Y de Alemania, Asia o América Latina viene gente a nuestros centros de desarrollo en Catalunya o en Madrid a innovar conjuntamente. Lo estamos viendo en el sector financiero, con el que ahora mismo estamos montando laboratorios de uso exclusivo para dos entidades bancarias europeas, uno en Barcelona y otro en València. Antes ya habíamos montado otro para Mapfre y actualmente gestionamos una de las tres factorías de IA de Banco Santander”.

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