El Corte Inglés amortiza 450 millones de deuda y retrasa hasta 2026 su programa de pagarés

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El Corte Inglés continúa avanzando en la mejora de su perfil de deuda. La compañía de grandes almacenes ha acometido la amortización de un tramo de su pasivo de 450 millones de euros, cuyo vencimiento estaba previsto para marzo de 2026, y que formaba parte de su financiación sindicada.

Algo que acometió con los fondos obtenidos con la emisión de bonos por 500 millones de euros que realizó el pasado mes de julio, como muestra la información financiera relativa al primer semestre de su ejercicio fiscal, que la compañía hizo pública a finales de noviembre. Aunque El Corte Inglés dijo en verano que el objetivo de la misma era “diversificar sus fuentes de financiación”, y destinar los fondos a cubrir “necesidades generales corporativas”, lo cierto es que los mismos fueron a esa amortización, lo que ha permitido al grupo extender de manera relevante los vencimientos de su pasivo y mejorar su posición de liquidez.

Ahora, el horizonte de cumplimientos es mucho más amable: el grueso de la deuda sindicada, 851 millones, vence en 2029. Los bonos emitidos en verano lo harán en 2033, y los que lanzó el año pasado, también por 500 millones, en 2031.

Una mejora de la estructura del balance que ha provocado que El Corte Inglés retrase la renovación de su programa de emisión de pagarés, a través del cual podía llegar a emitir en el mercado una cantidad máxima de 1.200 millones de euros en este tipo de instrumentos financieros, con los que financia parte de su actividad corriente. En años anteriores, este programa, que caducó el 2 de diciembre, se renovaba de forma automática cuando llegaba su caducidad.

Algo que, en esta ocasión, tomará más tiempo. Desde El Corte Inglés se confirma que el nuevo programa de emisiones llegará durante el primer trimestre del próximo año, al considerar que sus actuales necesidades de financiación están cubiertas, precisamente, tras estos últimos cambios en su balance. Este escenario ha reducido la urgencia por captar financiación de forma casi inmediata, como le permiten los pagarés.

A 31 de agosto de este año, el grupo contaba con una posición de liquidez máxima de 3.068 millones de euros, tal y como muestran sus últimos resultados semestrales. Un año antes, esa liquidez potencial se situaba en 2.727 millones, un 11% menos.

En esa cantidad están incluidos los 1.200 millones de euros del programa de pagarés, que en agosto estaba aún vigente, y que como dice la información financiera publicada, está sujeto a las condiciones del mercado. “El Corte Inglés tiene una sólida trayectoria operando en el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF)”, explicaba en la misma. Además, contaba con 652 millones en efectivo y equivalentes, un 29% más que el año anterior gracias a la mejora en la capacidad de generación de caja del grupo.

Una herramienta útil

Los pagarés tienen una naturaleza distinta a la de los bonos. Esos instrumentos se canalizan a través del MARF, y tienen unos vencimientos que pueden ir desde un mínimo de tres días a un máximo de dos años. Su colocación se produce en el mercado mayorista, con importes mínimos por suscriptor de 100.000 euros. Una vez cumplido el plazo de vencimiento, estos inversores institucionales recuperan su aportación junto a una retribución en concepto de los intereses derivados de cada emisión.

La última emisión, por ejemplo, se realizó por un importe de 100 millones de euros el 4 de noviembre, con vencimiento el día 16 de diciembre, y a un tipo de interés del 2,1%.

La utilidad de estos instrumentos es la de financiar la actividad corriente de El Corte Inglés, que por la propia naturaleza de su negocio comercial, es muy activa en entradas y salidas de caja. Los mismos son un recurso muy valorado dentro del grupo, y por ello su intención es recuperarla en los próximos meses.

De hecho, El Corte Inglés no ha abandonado esta fuente de financiación ni en los peores momentos de escalada de los tipos de interés. Hace dos años, estos llegaron a pagar unos intereses superiores al 4%, lo que no impidió la renovación automática del programa, ya que seguía siendo un precio mejor del que ofrecía el mercado.

Ello pese a que dos años antes, en 2021, y también antes de la pandemia, El Corte Inglés pudo financiarse a tipos de interés negativos a través de este mismo programa. Es decir, que cobró por financiarse a corto plazo.

Con la amortización de 450 millones y la extensión de los vencimientos del grueso de su pasivo, el grupo de distribución sigue mejorando el perfil de su deuda. La misma, que está en niveles mínimos en 17 años, goza del grado de inversión por parte de las agencias de calificación.

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