Netflix cancela la “ambiciosa” serie española ‘El refugio atómico’ tras su primera temporada

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Netflix vendió El refugio atómico como su serie más “ambiciosa”. Tenían detrás al equipo de La casa de papel y Berlín (dos de sus grandes éxitos históricas) y unos gigantescos decorados levantados para la ocasión. Pero la primera temporada no tuvo la acogida esperada, y la serie que transcurre en un búnker de lujo acabará con final abierto, tras los ocho episodios de su primera tanda, confirma Netflix a EL PAÍS. La plataforma de streaming ha cancelado la producción, ha avisado a los actores y ya está desmontando los platós.

El refugio atómico tenía un giro tras el primer episodio que cambiaba todo su argumento, pero la sinopsis de la serie protagonizada por Miren Ibarguren, Joaquín Furriel, Natalia Verbeke y Carlos Santos explicaba que la historia llevaba al espectador a un mundo donde, con la tercera guerra mundial está más cerca que nunca, un grupo de multimillonarios había financiado un enorme búnker de lujo. En sus enormes pisos habían construido una especie de hotel de ambientación retrofuturista con todas las comodidades y la tecnología más avanzada, preparado para que sus familias pudieran vivir en él durante 10 años. Todos ellos, antes del desastre nuclear, deciden trasladarse a este refugio subterráneo de forma preventiva. Pero lo que parecía algo provisional se convierte en definitivo.

Miren Ibarguren, en el segundo episodio de 'El refugio atómico'.Tamara Arranz /NETFLIX

“No ha habido una serie tan ambiciosa en la historia de España como lo es El refugio atómico”, dijo Diego Ávalos, vicepresidente de Contenidos de Netflix en España, en una entrevista con EL PAÍS meses antes del estreno el pasado septiembre la serie creada por Álex Pina y Esther Martínez Lobato. Pero la ambición no ha podido traducirse en éxito de este proyecto que trasladó el búnker a unos estudios de Colmenar Viejo de la productora Vancouver, la misma nave que antes fue la cárcel de Vis a vis o la Fábrica de Moneda y Timbre en La casa de papel y que incluso se reutilizó para Sky Rojo, que se expandió hasta los 6.000 metros cuadrados de decorados para dar cabida a todas las necesidades. La serie se rodó, además, en la sede de Netflix de Tres Cantos y también en su plató virtual. En total, se llegaron a construir 8.000 metros cuadrados de decorados.

Curiosamente, El refugio atómico ha sido el único proyecto español que ha aparecido este año en el ránking de lo más visto en el streaming en Estados Unidos que hace semanalmente la medidora de audiencias Nielsen, aunque solo apareció durante los días de su estreno. Estuvo dos semanas también como número uno de lo más visto en Netflix en España, según la clasificación de la plataforma, pero a la tercera semana fue superada por Animal, con Luis Zahera, que sí ha sido renovada para una segunda temporada. La cuarta temporada de La casa de papel se mantiene como la cuarta serie no en inglés más vista de la historia de Netflix, mientras que la quinta parte ocupa el sexto lugar del ránking y la tercera, el sexto. La primera de Berlín se colocaría ahora mismo la undécima, algo que El refugio atómico ni ha olido. Las críticas fueron todavía peores, con solo un 33% de críticas positivas según el agregador de reseñas RottenTomatoes.

Pina y su empresa Vancouver tienen pendiente de estreno todavía en Netflix la segunda temporada ya rodada de Berlín, que traerá de vuelta al Profesor de Álvaro Morte, y a lo que se le unirán nuevos proyectos que apelen a las mismas sensibilidades de sus grandes éxitos y que previsiblemte rodarán en 2026. Tendrán que rebajar, esta vez, eso sí, la tan promocionada ambición.

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