Meloni no suelta a Trump y teme el coste europeo

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Meloni no suelta a Trump y teme el coste europeo

Roma. Corresponsal

11/12/2025 18:12 Actualizado a 11/12/2025 18:18

Ya no es tiempo de puentes. La ambición y la esperanza de Giorgia Meloni de actuar como intermediaria entre Donald Trump y Europa para acortar distancias pertenece al pasado. Ninguno de los dos lados parece querer acercarse. Aun así, la primera ministra italiana mantiene abierto un canal con Washington.

Ayer Italia participó en la reunión telemática de los “voluntarios”, el grupo de países que apoyan a Ucrania. Pero cuando el formato se reduce, Meloni desaparece. Los líderes europeos reunidos el pasado lunes en Londres con Volodímir Zelenski para estudiar una respuesta al plan de paz estadounidense fueron el presidente francés Emmanuel Macron, el canciller alemán Friedrich Merz y el anfitrión, Keir Starmer.

En Palazzo Chigi explican que el propio presidente ucraniano quedó sorprendido por la exclusión de Italia, hasta el punto de organizar a toda prisa una parada en Roma para reunirse con Meloni, tras una visita a la residencia del Papa en Castel Gandolfo.

Según fuentes cercanas a la presidenta del Gobierno italiano, detrás de la decisión de no involucrar a Italia no habría desconfianza hacia la aliada de Trump en Europa, sino más bien la voluntad de “poner en su sitio” a un socio que reclama espacio. Maniobras consideradas desleales en la histórica rivalidad entre París y Roma.

En la reunión de ayer del grupo de voluntarios, Meloni reiteró la posición italiana, que se basa en dos puntos: congelar el frente —es decir, conceder a Rusia únicamente la parte del Donbás conquistada sobre el terreno— y asegurar la plena implicación de Estados Unidos, que para Roma deben permanecer dentro de la negociación, sin caer en las continuas provocaciones que llegan desde Washington. El país transalpino, en cambio, es fría, por no decir contraria, a la idea de utilizar los activos rusos para financiar el apoyo a Kiev.

Meloni ha hablado a menudo estos días con el presidente estadounidense; las llamadas, explican fuentes de Palazzo Chigi, son frecuentes, aunque la primera ministra no las haya hecho públicas. A esta frialdad con las cancillerías europeas no ha ayudado la publicación de un supuesto documento secreto difundido por la revista Defense One, en el que la Administración Trump afirma querer apoyarse en países sensibles a la propaganda ultraconservadora —Polonia, Austria, Hungría y, precisamente, Italia— como palancas para desmontar la Unión Europea. La Casa Blanca ha negado la autenticidad del informe, algo que en Roma se recibió con evidente alivio.

La líder de Hermanos de Italia tiene además un frente interno que atender. Tanto entre los socios del Gobierno de coalición como, sobre todo, en la opinión pública, donde el bloque “pacifista” se está ampliando. La Liga de Matteo Salvini ya no quiere enviar armas a Ucrania, pero Meloni ha dicho públicamente que el decreto que autoriza el envío de ayuda militar durante todo 2026 —sin necesidad de pedir cada vez la aprobación del Parlamento— será aprobado como muy tarde el 29 de diciembre.

El Papa

Leon XIV: “Buscar un acuerdo de paz sin incluir a Europa no es realista... Lamentablemente no todos lo entienden así”

El frente europeo ha encontrado también eco en el Vaticano. León XIV, a menudo acusado de exceso de prudencia, esta vez fue muy claro: “Buscar un acuerdo de paz sin incluir a Europa en las conversaciones no es realista. La guerra está en Europa y creo que, en las garantías de seguridad que se buscan hoy y en el futuro, Europa debe formar parte”. “Lamentablemente —añade el Papa— no todos lo entienden así”.

Un mensaje claro a un compatriota suyo.

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