El encuentro que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz celebraron el pasado lunes, después de que la vicepresidenta segunda le reclamara sin éxito la semana pasada una amplia remodelación del Gobierno, se trató de reconducir con una cita de perfil muy discreto, este viernes, entre representantes del PSOE y de Sumar. Pero las dos horas de reunión que han celebrado ambas delegaciones en el Congreso de los Diputados, no han logrado limar las asperezas entre ambos socios de la coalición del Gobierno. Ni sellar ningún avance o compromiso compartido. Las espadas siguen por tanto en alto. Y hasta el acuerdo de investidura está “en riesgo”, según han alertado en Sumar.
El PSOE, no obstante, ha valorado positivamente la reunión mantenida con representantes de Izquierda Unida, Movimiento Sumar, Más Madrid y Catalunya en Comú. La delegación socialista la ha encabezado la secretaria de organización de Ferraz, Rebeca Torró, con su adjunto Borja Cabezón. Los socialistas han recordado, en la nota que han emitido, que el pasado martes estas formaciones solicitaron a la secretaria de organización de Ferraz la reunión, lo que Torró “aceptó de inmediato”.
Torró ha expresado así que las formaciones hoy reunidas “comparten más puntos en común que discrepancias”. “Tenemos que seguir mejorando la vida de la gente y, en ese camino común, el diálogo es y será la mejor herramienta para avanzar en acuerdos que beneficien a la mayoría social de este país”, ha alegado la secretaria de organización del PSOE.
Asimismo, Torró ha explicado “detalladamente” las medidas adoptadas por el PSOE contra los casos de corrupción y acoso, que fueron las dos cuestiones planteadas para solicitar esta reunión: “La postura del PSOE ante cualquier indicio de corrupción es clara y firme: tolerancia cero. Actuamos siempre con contundencia e inmediatez ante cualquier conducta que vaya en contra de los valores y principios que representan estas siglas. Lo hemos demostrado y lo seguiremos haciendo”.
La coordinadora general de Movimiento Sumar, Lara Hernández, ha capitaneado la representación del espacio plurinacional
EPSumar, por su parte, no ha ocultado su malestar tras la reunión. El espacio plurinacional ha asegurado en un comunicado que el encuentro “no ha supuesto ningún avance significativo” para encauzar la crisis abierta en el seno del Gobierno de coalición y ha vuelto a reprochar a los socialistas una actitud “inmovilista” que, a su juicio, “sólo favorece el desánimo progresista, refuerza la antipolítica y alimenta a PP y Vox y sus políticas de extrema derecha”.
Yendo al contenido concreto del cónclave, la formación liderada por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha aprovechado para elevar la presión sobre el ala socialista del Ejecutivo en dos frentes concretos. La prórroga de la suspensión de los desahucios para familias vulnerables, que decae el próximo 31 de diciembre, y la extensión de las medidas de protección para los contratos de alquiler que vencen en los próximos meses. A pesar de no haberse cerrado ningún acuerdo, ambas partes han acordado convocar en los próximos días la comisión de seguimiento del pacto de gobierno con el objetivo de “perfilar estas medidas y dar continuidad al Escudo Social”, según recoge el comunicado.
Sumar enmarca la falta de avances en un contexto de creciente bloqueo político. “Somos conscientes de que este Gobierno se enfrenta a una élite judicial, económica y política que lleva años intentando frenar por todos los medios el cambio en nuestro país”, señala en su comunicado. Pero advierten de esa presión externa “no puede convertirse en una excusa para bunkerizarse en Ferraz y la Moncloa y no responder a una ciudadanía que exige explicaciones y transformaciones”.
La reunión, que ha contado con una representación de las formaciones con presencia en el Ejecutivo -PSOE, Izquierda Unida, Más Madrid, los Comunes y Movimiento Sumar-, se ha celebrado este viernes en el Congreso de los Diputados tras varios días de tensión entre los socios de coalición. El choque se intensificó después de que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, reclamara una “remodelación profunda” del Gobierno, una posibilidad que el PSOE ha descartado de plano, alimentando así una brecha política que Sumar considera aún lejos de cerrarse.

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