La extraña ruptura de Adriana Abascal y el príncipe Manuel Filiberto de Saboya

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Adriana Abascal, empresaria y modelo mexicana, ha confirmado este jueves la ruptura de su relación sentimental con el príncipe Manuel Filiberto de Saboya, según ha publicado la propia modelo en sus redes sociales, un mensaje que más tarde ha borrado sin dar explicaciones.

En un mensaje divulgado en su cuenta de Instagram, Abascal ha desvelado que, con “el corazón encogido”, su camino junto al príncipe ha llegado a su fin, sin aportar más detalles sobre los motivos que habrían llevado a la separación. Añadió que “los próximos capítulos permanecen sin escribir, sostenidos suavemente entre lo que fue y lo que pueda venir”.

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Adriana Abascal y Emmanuelle Filiberto de Saboya en otra imagen de archivo. 

Montse Amodeo / GTRES

La relación, que habría estado próxima a cumplir su primer aniversario, se había hecho pública en los primeros meses de 2025, con diversas apariciones conjuntas en eventos sociales y culturales en Europa, lo que generó amplio interés mediático. 

Sin embargo, minutos después de hacer público el comunicado, Adriana Abascal eliminaba la publicación sin dejar rastro. La revista ¡Hola!, ha publicado más tarde que, desde el entorno de Abascal cuentan que “la pareja atraviesa una crisis que no siente como una ruptura definitiva, más bien un momento de reflexión con el que se pueden sentir identificadas tantas parejas”. “Todo se ha debido a un momento de enojo”, asegura la revista

Hasta el momento, ninguno de los protagonistas ha ofrecido declaraciones adicionales a los medios sobre las circunstancias de la ruptura. No se conocen detalles concretos sobre la fecha exacta en que decidieron poner fin a la relación ni sobre sus planes futuros a nivel personal.

Según declaraciones previas de Filiberto, la pareja se conoció en Francia a través de amigos en común. En una entrevista, el príncipe explicó que una cena en París fue el inicio de su conexión, que llevó a una relación que, desde entonces, había ido creciendo a pesar de la distancia geográfica —ella vive en Francia por motivos profesionales y él, en Montecarlo.

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