Profesionales de enfermería del bloque quirúrgico del Hospital Don Benito-Villanueva de la Serena (Badajoz), centro de referencia en la comarca que tiene que atender a una población de alrededor de 140.000 personas, alertan de la aparición de “múltiples situaciones de riesgo asistencial” desde la incorporación de trabajadores sin experiencia habitual en el área quirúrgica, a través del “Programa de Rendimiento y Accesibilidad Quirúrgica” puesto en marcha por el Servicio Extremeño de Salud, cuyo objetivo es evaluar y mejorar la eficiencia y organización de los quirófanos en los hospitales de la región.
Estos profesionales estarían trabajando en los turnos de tarde junto al personal de enfermería especializado, un trabajo que se paga aparte de la jornada laboral y que se han implantado para agilizar las listas de espera del sistema sanitario. Según ha contado una trabajadora a EL PAIS, la cual no quiere dar su nombre por miedo a represalias, el conflicto se originó cuando la gerente del Área de Salud Don Benito-Villanueva, Eulalia Poveda, decidió permitir que personal que no es habitual al trabajo de quirófano participara en las “peonadas” del programa PRIAQ. “Los enfermeros se negaron desde el principio, argumentando que quienes participan deben estar preparados y conocer las intervenciones”, cuenta.
Actualmente trabajan en la plantilla de enfermeros de quirófano del Hospital Don Benito-Villanueva de la Serena 22 profesionales. Según cuenta otro trabajador que no ha querido dar su nombre: “El problema que nosotros denunciamos es que, aunque estos cuatro compañeros tienen su formación en la especialidad de quirófano, llevan varios años si ejercer. Este ámbito sanitario necesita que estemos actualizados y ellos no lo están, por lo que supone un riesgo para los pacientes”.
En el escrito remitido al Departamento de Seguridad del Paciente y que también dicen que han enviado a diversos órganos del SES, recoge una relación detallada de incidentes, además de un “deslinde expreso de responsabilidades” ante posibles consecuencias adversas para los pacientes. Entre estos incidentes, falta de material en las cajas después de las intervenciones, alargamiento de los tiempos quirúrgicos y gente que está perdida porque no maneja las intervenciones.
Los profesionales recuerdan que la decisión de permitir la participación de personal ajeno al bloque quirúrgico fue advertida a la Dirección General de Asistencia Sanitaria, donde alertaron de los riesgos derivados de introducir en el quirófano a trabajadores que no conocen en profundidad los protocolos, el funcionamiento técnico del entorno ni la ubicación del material crítico.
Entre las advertencias iniciales figuraban aspectos como la complejidad organizativa del área, la necesidad de coordinación del equipo habitual y las consecuencias que podría acarrear el desconocimiento de los circuitos limpios y sucios, de los procedimientos de esterilidad o de los protocolos anestésicos.
Según el escrito, dichas advertencias fueron “desestimadas” y la medida se ejecutó sin un análisis técnico de riesgos. Los profesionales advierten sobre las posibles consecuencias de una actuación inadecuada ante situaciones críticas como hemorragias masivas, transfusiones urgentes o anafilaxias, para las que, dicen, se requiere experiencia clínica específica del área quirúrgica.
Uno de los puntos más contundentes del escrito es la declaración formal de que el personal de enfermería especializado “no se hace responsable” de los efectos adversos que puedan derivarse de actuaciones realizadas por el personal reclutado sin experiencia habitual en el quirófano. Señalan que no participaron en la decisión organizativa y que advirtieron por escrito de los riesgos.
Advierten de que, si se produjeran reclamaciones o procedimientos judiciales, “depurarán responsabilidades” sobre quienes tomaron la decisión de incorporar a dicho personal.
La comunicación de estos profesionales se produce en un clima de creciente tensión en el Área sanitaria de Don Benito-Villanueva de la Serena, donde profesionales de distintos servicios han expresado un profundo malestar con la actual dirección. Según los testimonios recogidos en el escrito, la situación deriva de decisiones “centradas en la contención económica” y tomadas por una dirección compuesta por perfiles mayoritariamente no sanitarios.
Los profesionales denuncian una pérdida progresiva de recursos humanos especializados en servicios como Medicina Interna, Urología, Oftalmología, Digestivo, Preventiva o Ginecología, algunos con dimisiones recientes de jefaturas de servicio o peticiones de traslado. También alertan de reestructuraciones consideradas de “alto riesgo”, como la unificación de los hospitales de día en una unidad polivalente que integraría áreas críticas como Oncología, Hematología, Alergia Medicamentosa, Cardiología y Unidad del Dolor.
En este escrito trasladan que ya se han producido situaciones que han requerido la intervención urgente de intensivistas y del 112, en un edificio que no cuenta con UCI propia.
Los enfermeros quirúrgicos del Hospital Don Benito-Villanueva hacen un llamamiento a la “responsabilidad ética y política” para revertir la situación y garantizar la seguridad del paciente. Los profesionales afirman que seguirán colaborando en todas las actuaciones necesarias, pero recalcan la urgencia de corregir una situación que, según sostienen, está llevando al hospital a “una trayectoria de riesgo para la calidad asistencial”.
Desde el Servicio Extremeño de Salud trasladan a EL PAIS que el Hospital Don Benito-Villanueva no ha incorporado a ningún profesional sin experiencia ni ha recibido avisos sobre situaciones de riesgo asistencial. Además, aseguran que todo el personal nuevo tiene más de seis meses de experiencia en quirófano y, para futuras contrataciones, se está recurriendo a la lista de personal con características especiales de quirófano, tal y como indica la normativa.

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