El trato de enfermeras y médicos amortigua la caída de la confianza en la sanidad pública

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La satisfacción de los ciudadanos con el sistema sanitario en España ha vuelto a caer desde el verano (del 52,5% en julio al 48,5%), según la tercera oleada del Barómetro Sanitario que elabora el Ministerio de Sanidad en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Sin embargo se registra una mejora en la confianza y seguridad que transmite el personal sanitario, que amortigua la caída general de confianza en el sistema sanitario que se viene registrando desde la pandemia.

El estudio, presentado este miércoles, se ha realizado a partir de  2.427 entrevistas, del 12 al 18 de noviembre. Un 48,5% de los encuestados cree que la sanidad funciona bien. Son cuatro puntos menos que en la anterior oleada del sondeo, en julio. La nota media que dan los encuestados al funcionamiento del sistema sanitario público es de 5,89 sobre 10, frente a los 6,13 puntos del año anterior.

Pese a estas cifras, la sanidad pública sigue siendo la opción preferida de la amplia mayoría de los ciudadanos, frente a la sanidad privada. Las mayores diferencias se dan cuando se trata del ingreso en un hospital (un 73,4% prefieren que sea de titularidad pública) o las urgencias, con un 70,3% que prefieren acudir a centros públicos. Para las consultas a médicos de familia y pediatras, un 68,8% prefiere acudir a centros sanitarios públicos  (un 29,2% prefieren ir a la privada) y en el caso de los especialistas, son un 58,2% que optan por la sanidad pública, frente a un 39,2% que eligen la privada.

La mejor nota es para las urgencias del 061 y 112 (7,26) y la peor, para los médicos especialistas (5,59)

También se ha detectado un ligero descenso respecto al sondeo de julio de la nota media que dan los encuestados a estos servicios, aunque en todos los casos está por encima del aprobado. La mejor nota es para las urgencias del 061 y 112, un 7,26 sobre 10, seguido del ingreso y asistencia en hospitales públicos (7,01) y la peor, las consultas a especialistas (5,59).

La atención primaria continúa siendo el principal nivel de acceso al sistema sanitario público, y uno de los mejor valorados por quienes lo utilizan. Según el barómetro, un 82,3% de los encuestados ha acudido al menos una vez a un médico de atención primaria del sistema público en el último año. Entre estos usuarios, un 80,1% da una valoración positiva de la atención recibida, en buena medida debido a la confianza y seguridad que transmite el personal sanitario: el personal de enfermería obtiene una puntuación media de 8,04 sobre 10, y el personal médico, 7,76.

En lo que respecta a las consultas de médicos especialistas, un  47,9% de los encuestados ha sido atendido en el servicio público en el último año. Un 78,1% da una valoración positiva de la atención, y entre los elementos mejor puntuados está la confianza que transmite el personal médico (7,64 puntos) y la información recibida sobre el estado de salud y el tratamiento (7,58).

Un 31% tiene seguro médico privado, pero el 65,6% de ellos prefiere ser atendido en la pública para una enfermedad grave

Pero, sin duda, son los ingresos hospitalarios los que ofrecen la mejora más significativa en comparación con el año anterior. Un 11,5% de los encuestados indica que ha estado ingresado en un hospital público en los últimos doce meses, y el 83,7% de estos valoran positivamente la atención recibida. Son cinco puntos más que en la segunda oleada (78,4%). Además, los cuidados prestados durante el ingreso reciben las puntuaciones más altas de todos los niveles asistenciales analizados: 8,21 puntos para la atención de enfermería y 8,18 para la atención médica. 

Un 31% de los encuestados dispone de seguro médico privado, pero el 65,6% de ellos prefiere ser atendido en la sanidad pública ante una enfermedad grave, cuatro puntos más que en la oleada anterior.

Por primera vez, el Barómetro Sanitario incluye un bloque referido a la realización de pruebas diagnósticas por un problema de salud nuevo, así como indicadores sobre el tiempo transcurrido entre la indicación médica y la realización de la prueba. Según los resultados de la tercera oleada, un 20% de los encuestados se ha realizado una ecografía en el último año. Le siguen el diagnóstico por imagen y la endoscopia digestiva: el TAC (16,5%), la resonancia magnética (15,3%) y la colonoscopia (5,1%). 

En cuanto a los plazos de espera, más de la mitad de las pruebas se realizaron en un plazo inferior a un mes desde su indicación médica en el caso de las ecografías (55,6%), los TAC (52,7%) y las resonancias magnéticas (50,7%). En cambio, las colonoscopias presentan un menor porcentaje de realización en ese intervalo (39,4%) y el mayor tiempo medio de espera registrado, con 109,8 días. Las resonancias magnéticas, con una espera media superior a los 90 días, y los TAC, con 64,32 días, presentan el menor tiempo medio de espera entre las pruebas analizadas.

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