En un año donde los resultados no están siendo los esperados, tampoco el rendimiento del equipo, el Athletic sacó esta vez, en un momento crítico, las armas que le han hecho más temible en su historia. Los de Valverde mostraron carácter, intensos en cada duelo, siempre dispuestos a una carrera más, y San Mamés rugió como en las grandes citas. La Champions lo merecía. El orgullo de los vascos, a falta de más fútbol, logró frenar a un PSG que no pasó del empate sin goles. Unas tablas que saben bien, pero que no sacan del embrollo a los bilbaínos, obligados a ganar en los dos partidos restantes y a esperar otros resultados para entrar en el playoff.
Los ultras parisinos provocaron altercados en la previa, algo habitual, pero su vergonzoso protagonismo fue engullido cuando los más de 50.000 athleticzales se congregaron en la catedral. Sonó en la previa la canción Si te vas, homenaje al fallecido cantante Robe Iniesta, también poeta e icono del rock. “Déjate querer, dímelo otra vez, un día con una noche oscura. Y esperando por ver si saliera la luna. Si te vas, me quedo en esta calle sin salida” , dice el tema de Extremoduro, que bien podría servir para explicar la conexión del público con el Athletic.
Los de Valverde controlaron a los de Luis Enrique en la primera parte y sufrieron en la segunda
Aupado por muchos decibelios, el once de Valverde fue valiente con una presión alta, sin importar que delante estuviera el campeón de Europa. Los de Luis Enrique, empeñados en salir con el balón jugado, chocaron con un rival revolucionado que dominó el escenario en la primera parte. Sancet, Nico Williams y Berenguer, que provocó el lucimiento de Safonov en una falta, antepusieron el sacrificio colectivo a sus virtudes en ataque. La misión era frenar la maquinaria ofensiva francesa, que antes del descanso solo sorteó las encerronas locales en un remate a bocajarro de Mayulu salvado por Unai Simón.
Tras la reanudación, se vivió un dejà vu , de nuevo evitando el meta un gol del francés. Fue un anticipo del dominio del PSG, que ahora sí obligó a los vascos a sobrevivir en su área. Zaïre-Emery provocó otra estirada de Simón y el palo escupió un chut de Barcola. Con la sensación de haber capeado el temporal, los rojiblancos se fueron a por el triunfo antes de que Fabián les diera un último susto. Aunque solo fue un punto, el Athletic reivindicó su nivel en la Champions ante uno de los rivales más temibles, algo que echaba de menos San Mamés.

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