El Opus Dei considera también “verosímiles” las acusaciones de los años ochenta en San Sebastián contra el cura denunciado por pederastia

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EL PAÍS puso en marcha en 2018 una investigación de la pederastia en la Iglesia española y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce algún caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en América Latina, la dirección es: abusosamerica@elpais.es.

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El Opus Dei ha admitido este jueves que también son “verosímiles” las primeras acusaciones de pederastia en San Sebastián en los años ochenta contra el cura Jacinto Lázaro Laguardia, un sacerdote de la Obra que acaba de ser denunciado por agresión sexual a menores en Pamplona en los años noventa. La organización lo ha hecho en un comunicado emitido tras la publicación del caso en EL PAÍS, en el que añade nuevos detalles sobre las tres acusaciones contra el cura contenidas en la información.

La acusación más antigua es de un exalumno del colegio masculino Erain de la Obra en San Sebastián, entre 1981 y 1982. La segunda, denunciada el mes pasado en un juzgado de Pamplona, aunque los hechos estarían prescritos, relata agresiones sexuales del cura en el colegio Irabia de la capital navarra entre 1994 y 1996. El Opus Dei ha admitido el caso y afirma que lo conoció en 1998, aunque no lo denunció a las autoridades. Solo prohibió al clérigo ejercer su ministerio con menores y lo trasladó a otra ciudad. La última acusación es de una mujer adulta de Madrid que denunció abusos y acoso en 2023, y que llevó a la entidad a imponer medidas disciplinarias al sacerdote.

El miércoles, a preguntas de este diario sobre el primer caso de San Sebastián, la Obra solo indicó que lo había investigado, tras conocerlo a través de EL PAÍS en 2024, pero no aclaró sus conclusiones. En la nota de este jueves, admite ya que las acusaciones son “verosímiles”. Además, sobre el caso de Pamplona, señala que el artículo de este diario “menciona información nueva para nosotros”, en referencia a que el Opus Dei solo dice tener constancia “de la acusación de 1998, pues no había noticia de ninguna otra”. “A partir de esa información estudiaremos cómo proceder”, concluye.

Jacinto Lázaro, que desde 2006 está destinado en Zaragoza y tiene prohibido ejercer el ministerio en público, ha negado todas las acusaciones a este periódico en conversación telefónica: “Evidentemente, no admito los hechos. (...) Llevo 49 años de sacerdote, he trabajado en infinitos colegios y no creo que encuentre a nadie que tenga una queja en ese sentido hacia mí”.

El Opus Dei ha reiterado de nuevo este jueves su dolor por lo ocurrido: “Pedimos perdón, expresamos nuestro profundo pesar por el sufrimiento que estas situaciones han provocado y nuestra cercanía con todas las personas afectadas. Lamentamos que se hayan dado hechos de este tipo y reiteramos nuestra disposición a ofrecer acompañamiento y a colaborar en todo lo que pueda contribuir a su proceso de sanación”.

El testimonio del caso de San Sebastián recogido por este diario es de un exalumno del colegio Erain de la capital donostiarra, que relató que en una fecha entre 1981 y 1982 el sacerdote, entonces capellán del centro y también del femenino de la Obra, Eskibel, lo sometió a tocamientos: “Era también capellán del colegio mayor Ayete y, no recuerdo por qué, un día me quedé a dormir allí. Tenía una habitación y me puso a dormir en un sofá, y por la noche vino y me metió mano. Me estuvo tocando los genitales, no fue a más, y no tuve ninguna reacción, no hice nada. Pero a la mañana siguiente me fui y se lo dije a mi padre. Fue informada la dirección del colegio y este señor desapareció, lo mandaron no sé a dónde, pero que yo sepa solo lo movieron de sitio, no hicieron nada más. No tengo rencor, ni sed de venganza, porque el problema, además de la persona, es la entidad que lo protegió”.

La Obra indica que abrió una investigación al conocer este testimonio en mayo de 2024, a través del quinto informe con nuevos casos de pederastia del clero que EL PAÍS entregó la Iglesia española y al Vaticano. “La investigación se realizó desde junio a noviembre, confirmando, por un lado, que las acusaciones eran verosímiles, y por otro lado, que las autoridades de la Prelatura no habían tenido anteriormente constancia de los hechos referidos”, resume la entidad. Subraya que “en la época no se conocieron estas acusaciones, por tanto ni el sacerdote dejó sus encargos ni se trasladó por este motivo”. “La persona que lo acusa ha preferido no presentar su testimonio para la apertura de un proceso canónico”, aclara. En todo caso, la víctima ha confirmado a este diario que corroboró su relato al Opus Dei, con detalles inequívocos de cómo informó a la dirección del colegio Erain de los hechos.

En 2024, la Obra detalló a este diario que, según sus datos, Lázaro dejó de ser capellán del colegio Erain en 1985, y que siguió en la ciudad hasta 1993, año en que fue trasladado a Pamplona. Las agresiones sexuales en esta ciudad a otro menor, según la denuncia presentada el mes pasado, comenzaron al año siguiente. Hasta su marcha de San Sebastián, Jacinto Lázaro se encargó, entre otras cosas, del colegio mayor Ayete, que ya era de jóvenes universitarios, no menores.

El Opus Dei también ha confirmado que en el mismo colegio donostiarra, el Erain, ha investigado otro extraño suceso ocurrido en aquellos años señalado por este periódico, según testimonios de exalumnos: el intento de suicidio de un profesor de gimnasia y entrenador del equipo de fútbol del centro. “Con respecto al profesor de deporte, a raíz de la noticia publicada en 2024, el colegio Erain realizó una investigación de la que no se han sacado conclusiones definitivas al haber fallecido el acusado”, ha respondido la Obra a preguntas de este diario.

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