A Marta Sánchez (Madrid, 1966) le sorprende la dimensión del tiempo cuando reflexiona sobre su último trabajo, 40 Años (1985-2025) , un álbum recopilatorio que reúne 80 canciones entre temas inéditos y grandes éxitos.
Pese a superar los diez millones de discos vendidos a nivel mundial, la cantante admite en conversación con La Vanguardia no haber tomado plena conciencia de las cuatro décadas que lleva dedicadas al pop español hasta que se embarcó en este proyecto. “Veo muchas Martas. La que empezó como una niña, la que se hizo más adulta, la que decidió partir en solitario y trabajó con mucha ilusión, y la de hoy, que sigue siendo la misma mujer entregada a su música”, reflexiona desde el cariño la artista, cuya pasión por el oficio nació a los cinco años en su casa del barrio madrileño de San Antonio de La Florida, gracias a su padre, el bajo-barítono de ópera Antonio Sánchez Camporro, quien le inculcó desde niña un profundo amor por la profesión.
Tras algunas apariciones televisivas y breves etapas en pequeñas formaciones, la vida brindó a aquella joven de tan solo 19 años, apadrinada por Alfredo Kraus, su gran oportunidad profesional lejos de la ópera. A mediados de los 80, Sánchez se convertía en la sustituta de Vicky Larraz, vocalista del popular grupo Olé Olé . Fue cuestión de poco tiempo que su carisma, su torrente de voz y su físico imponente la coronasen como la nueva reina del pop español, además de erigirla como el sex symbol del momento.
Marta Sánchez, junto a los componentes del grupo 'Olé, olé'
GettyUn cliché del que tardaría décadas en desprenderse y que, paradójicamente, llevó al gobierno de Felipe González a enviarla a principios de los noventa hasta el Golfo Pérsico para animar con su actuación a los soldados españoles allí presentes durante aquella insólita Nochebuena.
Su despegue internacional llegaría en solitario tres años después, con el álbum Mujer y, especialmente, con el single Desesperada , que vendió un millón de copias y la situó en el mapa latino. Sánchez se convertía, casi sin proponérselo, en una de las divas de España; un término que desde hace años rehúye para anteponer por encima de su físico tanto sus dotes artísticas y eclécticas —con las que durante años ha sorprendido a su público— como su esencia personal, a menudo desvirtuada por el juicio fácil, para pesar de la cantante.
“He sido muy generosa, más allá de que se haya podido crear una fama de diva, que es incierta”
“Después de 40 años haciendo entrevistas, me desilusiona un poco que todavía haya mucha gente que no me conozca tal como soy. Tengo mis virtudes, mis defectos, pero siempre he sido una buena compañera de trabajo. He sido muy generosa, más allá de que se haya podido crear una fama de diva, que es incierta”, lamenta.
Al mismo tiempo, la vocalista reconoce que, en ocasiones, ciertos desaires podrían haberse evitado. Unos errores cometidos fuera de los escenarios sobre los que no tiene reparo en mostrar su arrepentimiento. “En España tendemos a criticar a la gente que tiene carácter, pero Madonna lo tuvo siempre, Bruce Springsteen también, Rocío Jurado también tenía carácter, Lola Flores… a mí me parece que tener carácter trae cosas buenas. Puedo reconocer que, a veces, tengo algún pronto que quizá podría haber contenido un poco más; pero cuando me he equivocado, he sabido pedir disculpas. La gente que me conoce sabe cómo soy”.
Los cantantes Carlos Baute y Marta Sánchez actúan durante el “Concierto por la paz” en el estadio Wanda, en Madrid, el domingo 30 de junio de 2019
Victor J BlancoUna personalidad arrolladora que no ha impedido a la artista alcanzar una trayectoria meteórica, llevándola a protagonizar emblemáticos dúos con figuras internacionales como Andrea Bocelli o Carlos Baute.
Junto a su faceta como compositora, la intérprete ha defendido repertorios muy diversos, incluido un aria que grabó como homenaje póstumo a su padre. También ha dado forma a proyectos teatrales como La magia de Broadway , acogido con gran éxito.
Las pérdidas ofrecen un punto de vista para aprender a valorar más la vida y disfrutar de lo que se tiene”
Sin embargo, pese a sus incuestionables logros profesionales, la vida personal de la madrileña ha estado marcada por episodios profundamente dolorosos, entre ellos la muerte en 2004 de su melliza, Paz Sánchez, a los 38 años, a causa de un cáncer de mama.
Desde aquella desgracia, la artista que no ha dejado de colaborar en campañas relacionadas con la causa, admite que, aunque una experiencia así no trae grandes aprendizajes, sí obliga a mirar el mundo desde otro prisma. “Mucho no se descubre. Tal vez tu fortaleza, pero las pérdidas ofrecen un punto de vista para valorar más la vida, disfrutar de lo que se tiene y saber quedarse con lo bueno de las personas que se van. Aún así, evidentemente me hubiera gustado que no hubiera sucedido y aprender menos”, señala.
“Paz era una mujer muy humilde, muy sensata, muy respetuosa, y muy cariñosa, siempre me admiró mucho y me dio buenos consejos. Y sobre todo, a lo largo de sus tres años y medio de lucha contra el cáncer, me demostró muchísima entereza y dignidad”.
La cantante Marta Sánchez durante la 16.ª edición de la campaña “Ausonia–AECC: Quiero verte envejecer”, en Madrid, el martes 17 de octubre de 2023
Sergio R. MorenoTras años de terapia y con el bagaje que regala la vida las puertas de cumplir los 60, la cantante considera revelador haber logrado dominar en cierta medida esa autoexigencia y ansiedad que la acompañaron desde joven. Ahora aspira a vivir con más sosiego, disfrutando de lo conseguido y de lo que aún está por venir.
“Podría haberme ido a vivir a México en aquellos años en los que mi popularidad y mi fama estaban en su punto más alto; quizá habría podido llegar más lejos, pero preferí quedarme en mi país. Creo que las cosas siempre pasan por algo. A lo mejor habría alcanzado un éxito mundial que no me habría hecho más feliz. Sinceramente, creo que he sido muy afortunada”.

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