Un juez de Nueva York ha cedido este jueves ante la defensa del histórico líder del Cartel de Sinaloa Ismael El Mayo Zambada, que el pasado martes pidió una prórroga de 90 días para poder recabar información suficiente que mitigase la sentencia. El documento difundido en redes refleja que la sentencia, que el juez había adelantado al próximo 12 de enero, ha reprogramado para el 13 de abril. El Mayo se declaró culpable en agosto de dos cargos por narcotráfico y empresa criminal continua ante una corte de Nueva York, una maniobra con la que evitó la pena de muerte y someterse a un juicio público.
El documento se apoya en la normativa estadounidense para exponer que la defensa del Mayo “deberá presentar un memorándum de sentencia y cualquier objeción al PSR [informe previo a la sentencia] antes del 30 de marzo de 2026″. “La respuesta del Gobierno, si la hay, deberá presentarse antes del 6 de abril”, reza el escrito, firmado por el juez Brian M. Cogan, del Distrito este de Nueva York. Su defensor Frank Pérez pidió el aplazamiento al magistrado para poder indagar en las evidencias. Un argumento que respaldaba en la violencia que vive Sinaloa y que, de acuerdo al abogado, dificulta el acceso a los testigos que podrían ayudar a contactar a los familiares y personas que brinden mayor información del caso. Pérez expuso entonces que varias personas apenas han podido confirmar su disponibilidad.
Zambada nunca había pisado una prisión durante su trayectoria criminal. Hasta finales de julio de 2024, cuando Joaquín Guzmán López, hijo de su socio Joaquín El Chapo Guzmán, lo secuestró en Culiacán, Sinaloa, para entregarlo ante las autoridades estadounidenses. Es un movimiento que el propio Guzmán López, de 39 años, reconoció ante una Corte de Distrito del Norte de Illinois el pasado 1 de diciembre y que también supuso su rendición ante Washington. Tras tenderle una trampa en una casa de la ciudad, varios hombres ataron al Mayo y lo subieron a una camioneta con la que fueron a una pista de aterrizaje cercana. Allí, lo subieron a un avión, donde le dieron una bebida mezclada con sedantes. Las autoridades arrestaron a ambos criminales en El Paso, Texas.
Pero no fue la única revelación de Guzmán López ante Washington. El capo se declaró culpable ese día de dos cargos por narcotráfico y crimen organizado por su participación en el Cartel de Sinaloa. Era el segundo del clan de los Guzmán en ceder ante Estados Unidos. El pasado 11 de julio, su hermano pequeño Ovidio, El Ratón, también se declaró culpable de narcotráfico. El Gobierno de Estados Unidos celebró las declaraciones de Guzmán López, pero reconocía que sus hermanos Iván Archivaldo, Jesús Alfredo, por los que ofrecen 10 millones de dólares, continúan fugitivos. Y estrechaba el cerco: “Dos cayeron, faltan dos”.
La entrega del Mayo por parte del hijo del Chapo pronto desencadenó una oleada de violencia en Sinaloa, que ha derivado en una guerra abierta entre dos de las facciones del cartel histórico, los Mayos y los Chapitos. Culiacán, capital del Estado mexicano, se ha convertido en el sangriento escenario de esa batalla. El conflicto interno también ha llevado a que el histórico cartel desinfle su músculo criminal en el país, una situación aprovechada por el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que continúa exportando la violencia a todo el país.

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