El ‘Gran Hermano’ más corto de la historia lo ganó una de Jerez, y se fue a quemar Madrid

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“Súper, esta noche es la noche”, dijo Jorge Javier Vázquez al arrancar la gala de la noche en la que finalizó la vigésima edición de Gran Hermano, y por tanto aquí paz y después vacaciones tras un concurso que acabó antes de tiempo por los decepcionantes datos de audiencia (la final fue vista por 582.000 espectadores, con el 10% de cuota de pantalla). Llegaron cuatro concursantes a la final: Aquilino, Cristian, Raúl y Rocío. El primero agradeciendo haber podido ser él mismo; el segundo lleno de palabras bondadosas y almibaradas y, por tanto, cansinas a los 30 segundos de tenerlo en pantalla; el tercero diciendo mensajes terribles, “que nadie os diga que no podéis hacer nada”; y Rocío, embajadora de Jerez de la Frontera. “A mi abuela le da algo si gano”, dijo. Llegaron todas las Españas a la final, que no es poca cosa, y sin llegar a las manos.

El presentador dijo: “Quieren la gloria y el maletín”. E inmediatamente después salieron un grupo de personas vitaminadas perdidas a bailar una canción de Chayanne que la que escribe se la sabe como tantas otras. Una que dice: “Boom, boom, pon a gozar tu cuerpo con el boom”, y así unas cuantas veces más. Hubo ahí cierto homenaje al Telecinco donde todo lo presentaban Andoni Ferreño y Agustín Bravo y media España sintió, segurísimo, un pellizquito de nostalgia. El bailarín con su maletín (perdón) resultó ser Juan, el ganador del GH anterior.

Cada finalista tuvo su ratito de protagonismo y todo se hizo larguísimo, estirando el chicle de una manera innecesaria. Cristian lloró y se declaró a la mujer de su vida de una manera casi extasiada, que es su hija de tres años. Como es menor de edad, no pudimos verla y escucharla, pero su padre dice que es muy guapa y muy lista, como un grupo numerosísimo de padres han venido diciendo a lo largo de la humanidad de sus hijos.

A Rocío le trajeron a un grupo de amigos a cantarle una canción que le han compuesto y que sonó a himno de Operación Triunfo con letra de los concursantes. Ella se emocionó bastante y el remate vino cuando apareció su madre por la espalda, a la que después de abrazar y llenar de besos dijo: “Estás más rubia. ¿A que te has hartao a trabajar?”. Se pueden sacar conclusiones de estas frases, pero quizá por parte de algún terapeuta. El abuelo de Rocío, por cierto, se llama Pantano. Jorge Javier dijo de su madre que iba peinada como la Jurado cuando la peinaba su cuñada Rosa Benito. El de Badalona siempre con los mejores referentes.

Hasta aquí #GHFinal 🥹 Con una lagrimilla en los ojos, queremos daros las gracias por seguirnos de cerca una edición más ❤️ También a Rocío, por su generosidad y por sacarnos siempre una sonrisa. A todos nuestros concursantes, sois increíbles y os queremos mucho. Hasta siempre 🫂 pic.twitter.com/LQh6nk7aZP

— Gran Hermano (@ghoficial) December 19, 2025

Aquilino se arrancó a bailar con ese tema estratosférico que es Crazy in love porque Beyoncé es la obsesión de su vida. Lo hizo acompañado de unas muchachas muy ágiles con notable parecido a las hermanas Abradelo. Luego salió el primo de Aquilino, que también baila y es de los que amenaza con quemar Madrid en cuanto le dejen suelto. Ojo con esto. A Aquilino su madre no le deja volver a casa más tarde de las cuatro de la mañana, no quiere que duerma fuera y le prohíbe llevar a alguien a hacer lo mismo en la suya. Y Raúl se gusta bastante, con esas frases de autoayuda tan perversas, y dice de sí mismo que tiene “un par de pelotas”. La novia le ha pedido que con el dinero del concurso quizá va siendo hora de anillaco y él dice que “se lo ha ganado”. Quedó cuarto, pero seguro que para un pedrusquito le da.

A la finalísima llegaron un feriante y una peluquera. Dos que se han hecho amigos pero que también han tenido su ratito de toxicidad y pelea. “La audiencia ha decidido que debe ganar Gran Hermano 20… ¡Rocío!”, se escuchó a la 1.55 de la noche. “¡He ganao, papá!”, dijo ella. Y fue ella la que se marchó a quemar Madrid.

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