Casi nueve días después de la celebración de las elecciones presidenciales, legislativas y municipales, el pasado 30 de noviembre, terminó el escrutinio en Honduras con la victoria provisional del líder del conservador Partido Nacional de Honduras (PNH), Nasry Asfura, el candidato apoyado por Donald Trump.
Asfura, empresario de 67 años carismático gracias a su etapa como alcalde de Tegucigalpa, ha obtenido el 40,52% de los votos frente al 39,20% del líder centrista Salvador Nasralla, cabeza de lista del Partido Liberal de Honduras (PLH), y famoso presentador de televisión de 72 años. Con el 99,40% escrutado, la diferencia entre ambos ha sido solamente de 42,407 votos.
La candidata oficialista Rixi Moncada, del Partido Libre, que representaba la continuidad de la presidenta de izquierdas Xiomara Castro, se quedó finalmente con el 19,29% de las papeletas, en lo que se interpreta como un castigo a los cuatro años de gestión y de la promesa de regeneración del país de la familia Castro-Zelaya (Manuel Zelaya, expresidente derrocado por los militares en 2009, es esposo de la presidenta y coordinador general del partido Libre).
El problema para Asfura es que su victoria todavía no es definitiva y tiene muchos peros. De momento, sus rivales, se niegan a aceptar la derrota. La situación ha llegado al punto que la presidenta actual, Xiomara Castro, ha hablado de la “falsificación” de los resultados y Salvador Nasralla lo ha catalogado de “robo” y “fraude monumental”. Rixi Moncada y Libre ya llevan días demandando la repetición de los comicios ante las numerosas irregularidades.
Reclamación
El liberal Nasralla califica el proceso como “un fraude monumental” y pide que se recuente de nuevo voto a voto
Las dudas sobre la integridad del proceso electoral se acumulan. En primer lugar, el CNE ha reconocido que un total de 2.749 actas electorales presentan inconsistencias y deberán ser revisadas y, en última instancia, reabiertas las urnas correspondientes y recontados los votos uno a uno. Eso afecta aproximadamente al 15,5% de los votos emitidos, alrededor de medio millón de papeletas. El organismo responsable calcula que este recuento terminará este domingo y entonces será cuando se pueda proclamar oficialmente un vencedor aunque, legalmente, la fecha límite sería el 30 de diciembre, un mes después de las votaciones.
En segundo lugar, el proceso de recuento ha ido perdiendo credibilidad conforme avanzaba y se dilataba. Se ha llevado a cabo con extrema lentitud y se ha interrumpido tres veces, la última de ellas durante tres días, del 5 al 7 de diciembre. El CNE ha achacado los retrasos y las detenciones del conteo a problemas técnicos, pero la consejera presidenta del organismo, Ana Paola Hall, afirmó que los resultados “nunca se vieron comprometidos”. No obstante, uno de los consejeros del CNE, Marlon Ochoa, cuestionó esta versión, aseguró que se han filtrado contraseñas para acceder a los resultados preliminares, y valoró que estas elecciones habían sido “las más manipuladas y las menos creíbles” de la historia democrática de Honduras.
Mientras ha durado el largo recuento, todos los partidos han mantenido la calma y se han mostrado pacientes, pero ahora Nasralla parece dispuesto a cuestionar los resultados y ha solicitado un recuento voto a voto de todas las actas ya que, según su criterio, han detectado mesas con votos inflados, actas con números sin cuadrar, fallos de control interno y validaciones automáticas en actas que contenían inconsistencias. Según el CNE, más de tres millones de hondureños, de los seis y medio con derecho a voto, participaron en la jornada electoral del 30 de noviembre. La transmisión de los datos preliminares dependía de la empresa colombiana ASD.
Por su parte la presidenta Castro reclama la anulación de las elecciones y denuncia la injerencia de Estados Unidos en el proceso. El presidente de EE.UU., Donald Trump, respaldó la candidatura de Asfura cuando ya se celebraban las jornadas de reflexión y el día antes de la votación insinuó claramente que si no ganaba Asfura podría tomar medidas como la retirada de la ayuda económica a Honduras.
Sin concesión
La presidenta, Xiomara Castro, denuncia la injerencia de Estados Unidos y pide la anulación de todo el proceso electoral
Además, Trump prometió el perdón del expresidente conservador Juan Orlando Hernández que ya ganó una reelección no prevista en la Constitución con unas elecciones que la Organización de Estados Americanos (OEA) solicitó repetir ante las graves irregularidades. Hernández cumplía una pena de 45 años por narcotráfico en una cárcel de Nueva York y fue liberado el día después de las elecciones al considerar Trump que todo había sido un montaje. Esta semana la fiscalía general de Honduras ha solicitado a la Interpol una orden de arresto internacional sobre Hernández, quien de momento no puede regresar a su país.
La OEA, que ha monitorizado las elecciones, guarda silencio por ahora tras conocerse el resultado provisional. Su último comunicado es del 6 de diciembre, cuando instaba “a agilizar el proceso de escrutinio, garantizando las medidas de trazabilidad que otorguen certeza en los resultados” tras constatar “que la gestión y el procesamiento del material electoral ha registrado demoras e intermitencias”.
Nasry Asfura, ganador provisional de las elecciones presidenciales, y líder del Partido Nacional de Honduras, en una imagen del día de las elecciones
EFEEn cambio, un portavoz del Departamento de Estado norteamericano informó a Efe de que no había evidencia creíble de manipulación electoral ni irregularidad que respaldara el llamamiento a la anulación de los comicios y solicitaba al CNE que certificara los resultados de manera expedita.
En los próximos días, la capacidad de movilización en la calle de Libre y de Salvador Nasralla, junto con los avances en el recuento especial de los votos, determinarán si Honduras sale de la incertidumbre o se asoma al abismo de la crisis institucional.

Hace 2 días
3









English (US) ·